Tal día como hoy de hace cincuenta y tres años, la Asamblea General de las Naciones Unidas –ese organismo que no sirve de nada y cuyas resoluciones el Gobierno israelí se pasa por el forro de las pelotas-, se reunió dispuesta a establecer una fecha en la que cada año se reafirmaría la fraternidad y la comprensión entre los niños del mundo, por ejemplo palestinos e israelitas, y se dedicaría a actividades dirigidas al bienestar de todos esos niños, por ejemplo, jugar a evitar las bombas de fósforo correteando por las calles de Gaza. Más de medio siglo después, se pone de manifiesto una vez más que estos días internacionales de esto o días mundiales de aquello o días universales de lo de más allá son una memez como una catedral que no sirven más que para llevar a cabo algunos actos oficiales, pero ayudan más bien poco al objetivo por el cual fueron establecidos. Sin embargo, hoy me ha dado por hablar de alguna efeméride... y la de la muerte de Franco está muy vista.
martes, 20 de noviembre de 2012
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