Hacía un montón de meses que no pisaba una sala comercial, tantos que ni me acuerdo de la última película que vi en pantalla grande, y ayer me dio por abandonar a media tarde la tranquilidad de mi madriguera para meterme en una de esas salas llenas de butacas, con olor a una mezcla de perfume y palomitas junto a mi mujer y un buen número de desconocidos. La cinta escogida para tal evento fue Argo. La historia que nos relata esta película dirigida, producida –junto a George Clooney- y protagonizada por Ben Affleck es la de seis funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Teherán. Cuando a finales de 1979 los revolucionarios asaltaron dicha embajada y tomaron como rehenes a cincuenta y dos norteamericanos, seis de ellos lograron abandonar el edificio y refugiarse en la residencia del embajador canadiense. Sabiendo que sus vidas estaban en peligro, la CIA organizó un plan bizarro y surrealista para sacarles de Irán. El encargado de montar la operación fue el agente Antonio Méndez, un especialista en rescates.
Amiguitos, si os soy sincero, no había leído absolutamente nada de tal operación en mi vida ni tenía idea de que –además de los rehenes de la embajada- había un grupo que salió de esta. Y eso fue una suerte -lo del desconocimiento me refiero-, ya que gracias a mi ignorancia pasé uno de los ratos más tensos y agobiantes –y durante más rato- que he pasado mirando una película. Me gustó la historia, me gustó incluso Ben Affleck como actor –lo que ya es decir-, me gustó el guión, las pinceladas de humor, el montaje... vamos, que no sé si fue el entorno o qué, pero Argo me encantó.
Y además, en la banda sonora tuvimos Led Zeppelin, Dire Straits y Van Halen con su Dance the night away en una escena para la que casaba perfectamente. En definitiva, recomendadísima. Y si no sabéis muy bien de que va la historia, haced como yo y no busquéis información hasta haber visto la cinta.
Por cierto, no os levantéis hasta que acaben los créditos finales.
Amiguitos, si os soy sincero, no había leído absolutamente nada de tal operación en mi vida ni tenía idea de que –además de los rehenes de la embajada- había un grupo que salió de esta. Y eso fue una suerte -lo del desconocimiento me refiero-, ya que gracias a mi ignorancia pasé uno de los ratos más tensos y agobiantes –y durante más rato- que he pasado mirando una película. Me gustó la historia, me gustó incluso Ben Affleck como actor –lo que ya es decir-, me gustó el guión, las pinceladas de humor, el montaje... vamos, que no sé si fue el entorno o qué, pero Argo me encantó.
Y además, en la banda sonora tuvimos Led Zeppelin, Dire Straits y Van Halen con su Dance the night away en una escena para la que casaba perfectamente. En definitiva, recomendadísima. Y si no sabéis muy bien de que va la historia, haced como yo y no busquéis información hasta haber visto la cinta.
Por cierto, no os levantéis hasta que acaben los créditos finales.
2 comentarios:
Está en mis futuribles visionados...
(⌒∇⌒)ノ””
Mola la musiquita...
No se arrepentirá.
Publicar un comentario