sábado, 10 de noviembre de 2012

Desde Tierra 2


Leo en La Vanguardia hace un rato que ayer por la noche se inauguró en Barcelona –confluencia entre la calle Aribau y la avenida Diagonal- la joyería/relojería GR, distribuidora oficial de la exclusiva firma Rolex. Al evento –que tuvo continuidad en los salones del Círculo Ecuestre- asistieron los propietarios del local para ejercer de anfitriones de Xavier Trias y María de los Llanos de Luna –alcalde de Barcelona y delegada del Gobierno en Catalunya respectivamente-, Jaime de Marichalar, la marquesa de Marianao, el príncipe de Preslav, empresarios, banqueros y aristócratas varios, amén de algunos arquitectos e interioristas de postín. 
Amiguitos, mientras devoraba con fruición mis tostadas con café –es lo que tiene estar a dieta, cualquier frugalidad parece un festín cuando hay hambre- he repasado con detenimiento las instantáneas que ilustran fotos del artículo y he llegado a la conclusión de que hay gente que vive en Tierra 2, ese universo paralelo que la editorial D.C. creó en los años 60 para algunos de sus superhéroes. Porque, a ver, se entiende que Josep Vilarasau i Salat, Mariona de Fontcuberta y Juncadella o Jaime de Marichalar estén en la inauguración de una tienda Rolex como yo podría estarlo en la de un bar de tapas del barrio o en la de una tienda de vinilos... pero ¿qué coño pinta el alcalde de la ciudad o la delegada del Gobierno?¿qué mensaje trasladan a la ciudadanía? 
Con la que está cayendo, con los recortes de presupuesto, con el malestar social, con la –cada vez mayor- brecha abierta entre la clase adinerada y la clase media/baja, con el paro aumentando, los hospitales cerrándose, el sensible tema de la ejecución de hipotecas... y el alcalde de la ciudad y una representante del Gobierno se dejan agasajar en público -rodeados por banqueros y aristócratas- por una familia que abre un establecimiento en el que –entre otras minucias- venderan relojes cuyos precios aproximados oscilan entre los 3.800 euros de un Oyster Perpetual y los 186.000 euros de un Bril Day Date, ¡por un puto reloj! 
En fin, que eso, que ahora ya estoy convencido. El valenciano Raimon lo cantaba en los 60, “nosaltres no som d’eixe món”, pero no amiguitos, los que no son de este mundo son esta gente, definitivamente ellos viven en Tierra 2. Porque si no, hay para darles de hostias.

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