lunes, 30 de abril de 2018

Bruce Gilden


Comienzo la semana poniendo punto y final al mes con el reputado fotógrafo Bruce Gilden. Nacido en Brooklyn y todo un mito de la street photography, este profesional que se considera autodidacta al haber asistido apenas a algunas clases en la neoyorquina School of Visual Arts ha recibido numerosísimos premios y galardones y ha colgado sus obras en museos y galerías de todo el mundo. Miembro de la prestigiosa agencia Magnum y autor de proyectos personales en los que sabía captar el espíritu de personajes anónimos y con cierta tendencia a lo que yo denominaría un naturalismo feísta –es decir, plasmar con toda naturalidad los rasgos de seres que parecen extraídos de un casting de freaks–, en los últimos años ha abandonado su habitual blanco y negro para sorprendernos con sus retratos de un colorido intenso.

domingo, 29 de abril de 2018

Shana Levenson


Os digo adiós con la pintora norteamericana Shana Levenson. Formada entre la University of Texas y la Academy of Art University de San Francisco, en la actualidad reside en Albuquerque y persigue en sus retratos capturar la esencia de sus modelos sin renunciar a la búsqueda de un gran realismo.

The incredible torture show (1976)


Os traigo hoy esta frikada titulada The incredible torture show, también conocida como Bloodsucking freaks. Escrita y dirigida por Joel M. Reed, nos cuenta como Sardu dirige un teatro macabro en el que promete un espectáculo que hará vomitar a los débiles de espíritu pero que en realidad no contiene un ápice de verdad y su objetivo es ahondar en las fantasias más oscuras del público por medio de la interpretación y los trucos. La realidad es muy diferente, ya que las mutilaciones que el tal Sardu lleva a cabo junto a su fiel asistente enano Ralphus –que se ocupa de mantener a su amo contento asegurándose de que a este no le falte su ración diaria de azotes a cargo de dos doncellas semidesnudas– son muy reales y sus desvaríos se nutren de desdichadas mujeres a las que mantiene enjauladas como animales enloquecidos a los que alimenta con carne cruda. Entre el público que asiste a su espectáculo se encuentra Creasy Silo, un reputado crítico al que Sardu quiere convencer de su talento, el de alguien que ha llevado al escenario y ha hecho realidad sus fantasías. 


Pero a Silo todo lo que ha visto le ha parecido basura y acusa a Sardu de ser un fraude. A Sardu no se le ocurre otra cosa que secuestrar a Natasha Di Natalie, bailarina del Lincoln Centre, y convertirla en protagonista de una obra en la que pretende aunar sadismo y danza. Lo dicho amiguitos, The incredible torture show es una enorme frikada, una comedia de horror pasada de vueltas que nos ofrece inolvidables escenas en las que vemos reventar cráneos, cercenar miembros con sierras, canibalismo, desmembramientos, ojos arrancados y devorados, descargas eléctricas en los pezones, extracciones dentales sin anestesia, trepanaciones con Black&Decker y sorbetes de cerebro. Muy gore y nudie aunque nada softcore, el desquiciado argumento es una excusa para mostrarnos una mezcla de erotismo y tortura que entretiene e incluso resulta hilarante en algunos momentos gracias a la ínfima calidad del guión y las interpretaciones. Para frikis sin posibilidad de cura que gusten de disfrutar de estos subproductos junto a un buen copazo de ron o similar.

Randall Hobbet


Doy inicio a mis entradas dominicales con el norteamericano Randall Hobbet, un geólogo que después de más de treinta años de carrera decidió coger una cámara para dar salida a su creatividad. Afincado en la Bay Area de San Francisco, este apasionado de la danza dedica su tiempo al retrato, la moda y los desnudos artísticos, faceta en la que me he centrado para mostraros una selección de su obra reciente.