Sanguine Loneliness

La entrada de hoy es para Sanguine Loneliness, pseudónimo de un artista digital ucraniano freelance que ofrece sus servicios desde la localidad de Nikolaiev.

Andrea Brugnara

Cruzando el ecuador del mes, hoy le toca al italiano Andrea Brugnara, un veterano fotógrafo de Trento dedicado a los desnudos artísticos que a lo largo de su dilatada carrera ha trabajado para clientes como Obsession Magazine o Playboy.

Tarta de queso [definitiva]

De nuevo celebramos hoy en casa el aniversario de Queen Piltrafilla. Y si el menú –confeccionado por un servidor, por supuesto– va variando cada año y se adapta la celebración a comida o cena dependiendo de si la fecha cae entre semana o en festivo, lo que no varía es la tradición de soplar las velas sobre una Tarta de queso. 13 años han pasado ya desde la última receta que publiqué por aquí y creo que por fin he encontrado la definitiva. Está mal que yo lo diga –lo cierto es que también ese ha sido el veredicto de Queen y Princess– pero QUÉ COSA MÁS BUENA me ha quedado. Así que, tomad nota. 

 

Poned en un recipiente hondo y amplio –yo utilizo una ensaladera de gres que me va de perilla para estos temas– 570g de queso tipo Philadelphia, 4 huevos, 230g de azúcar, 280ml de nata líquida con un mínimo de 35% de grasa, una cucharada de harina de trigo y la ralladura de la piel de un limón. Lo batimos todo durante largo rato para homogeneizar perfectamente todos los ingredientes, procurando atrapar aire y llenar de burbujas la mezcla. Antes habremos forrado un molde de 18cm y paredes altas con papel para hornear un poco humedecido. Vertemos la mezcla en el molde y lo horneamos en la parte baja del horno, precalentado a 200ºC, durante 40 minutos. Hecho esto, apagaremos el horno y dejaremos enfriar la tarta en su interior. Cuando el horno esté frío, sacamos la tarta y la guardamos en la nevera hasta unos minutos antes de desmoldarla y degustarla. 

 

Fácil y con un resultado excepcional, con una textura esponjosa, tirando a mousse, dulce, sin perder el gusto a queso y con notas del limón. Vamos, una pasada, la mejor que he hecho nunca, sin galletitas chafadas ni mermelada ni chorradas.

Emily Soto

Completo mis entradas del domingo con Emily Soto, una fotógrafa que reparte su tiempo entre Nueva York y Los Angeles trabajando en el mundo de la moda y el retrato para clientes como Dazed, Vogue, Interview, Allure, Dior, Netflix, Ralph Lauren, Maybelline o Atlantic Records, entre muchos otros.

Julien Spianti

El primer artista del día es el pintor francés Julien Spianti. Nacido en Chartres, estudió filosofía y estética en la Sorbonne de París y se estableció en Bruselas, donde comenzó su carrera pictórica para uno años más tarde trasladarse a Ivry-sur-Seine y seguir pintando. En 2017 abandona los pinceles y comienza un período de búsqueda personal que desemboca en su unión al movimiento de los Chalecos Amarillos, con demandas relacionadas en principio con la democracia y la justicia social y fiscal, que comenzó pidiendo impuestos más bajos para el combustible y un aumento del salario mínimo pero que acabó instrumentalizado por grupos violentos de extrema izquierda y extrema derecha con el único fin de erosionar a Emmanuel Macron. Desengañado, acaba instalándose en Montreuil y desarrolla una técnica de dibujo con rotuladores lo que en un par de años le lleva de nuevo a retomar con entusiasmo la pintura. En la actualidad reside y trabaja en París.

Alexandra Pace

Toca ahora hablar de la maltesa Alexandra Pace, una fotógrafa afincada en La Valeta que estudió en la londinense Central Saint Martins University of the Arts. Receptora de numerosos galardones a lo largo de sus más de dos décadas de carrera, trabaja mayormente con cámaras de película Leica, Mamiya y Hasselblad y no utiliza soporte digital salvo en muy contadas ocasiones.