Mi primera cinta de la semana es Angels with dirty wings, una película dirigida por el alemán Roland Reber –polémico exponente de la contracultura de los 80 en su país-, extraña y provocadora como todas las que nos ofrece este freak. Con un inicio que más parece un spot publicitario de motos que una película comercial se nos presenta a la pelirroja Lucy, a Gabriela y a Michaela –estas dos con nombre de arcángel-, tres mujeres que recorren las carreteras de Alemania en una Honda de gran cilindrada, una todocamino y un triciclo con doble rueda delantera haciéndose preguntas pretendidamente profundas en el marco de lo que parece un viaje iniciático de introspección y autoconocimiento para la coqueta Lucy. La joven lleva un diario en el que relata sus conquistas y que deja leer a sus compañeras para que conozcan más acerca de ella. Pero, ¿qué es lo que ven ellas en la pelirroja?, pues una hembra superficial, falsa... y un verdadero putón. El par de moteras dicen ser ángeles y le cuentan a Lucy que ella también adquirirá sus alas cuando acepte su esencia y se comporte como lo que es en realidad. Así que Lucy cambia su triciclo por un quad y se dedica a recorrer los caminos buscando hombres para seducirlos y follar con ellos. Pero sus compañeras van más allá. Si tan irresustible se cree, Lucy tendrá que enloquecer de deseo a varios hombres a la vez por lo que la chica –no es fea esta Antje Nikola, nada fea- se emplea en un local de striptease y se deja magrear por los clientes antes de masturbarse en el escenario. Qué piltrafillas, ¿qué os está pareciendo de momento este argumento?, bizarro ¿verdad? Pues eso no es todo. Hasta ahora, todo lo que ha conseguido Lucy no ha sido más que sexo. Sin embargo, el grado máximo de comportamiento libertario, el que le permitirá conseguir sus alas, será enamorar de verdad a un hombre más allá de la pura atracción carnal.
Amiguitos, protagonizada por Mira Gittner –editora y ayudante de dirección-, Marina Anna Eich y la mencionda Antje Nikola Mönning y coproducida por las tres junto a Reber, Angels with dirty wings es –como ya habréis advertido- una cinta rarilla. El argumento no se sabe muy bien a qué obedece, ni sabemos el origen de las tres mujeres... ni si era necesario rodar esta película en la que de tanto en tanto aparece una fotógrafa tomando instantáneas de las protagonistas sin venir a cuento, en una mezcla de realidad dentro de la ficción. Ciertamente extraña, piltrafillas. A mi, las cintas con trasfondo filosófico y doble sentido moral –o amoral- no me van demasiado. A mi dadme una buena historia, con guión definido y dejaos de monsergas. Eso, o en su defecto, algúna basura infecta púramente lúdica que tenga conciencia de ello y no pretenda aleccionarnos de nada. Total, que estamos ante cuatro o cinco escenas de softporn aliñadas con mucho diálogo de filosofía barata sobre ángeles y la inmoralidad de la sociedad. En resumen, que aunque goza de algunos encuadres visualmente atractivos, el resto es una pasada de olla del realizador, una excusa para plasmar en imágenes su onanismo neuronal –eufemismo con el que quería definir sus pajas mentales- a traves de escenas softcore rodadas con poco gusto pero disfrazadas de trascendencia barata. Yo os diría que pasaseis de ella, pero a lo mejor es que no está hecha la miel para boca de asno y no he sabido comprender la profundidad de su mensaje. Vosotros veréis.
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