Y finalizo el mes con un tal Maleonn –supongo que se trata de un pseudónimo-, fotógrafo de Shanghai con un pasado como director artístico y realizador de publicidad que desde hace unos años ha expuesto sus estupendas obras desde Singapur a Australia, pasando por Estados Unidos, España, Italia o Noruega, entre otros muchos países.
viernes, 31 de enero de 2014
Mötley Crüe – Too fast for love (1982)
Queridos amigos, ahora que los chicos malos de Los Angeles anuncian su gira de despedida –poca broma, su guitarrista tiene 62 años, espondilitis anquilosante y aún tiene los huevos de recorrerse los escenarios de medio mundo-, es momento de hablaros del vinilo que lo inició todo, la obra que estos tipos hambrientos de dinero, fama, drogas y mujeres editaron hace más de treinta años con la intención de alcanzar su sueño. El camino ha sido largo, tortuoso, traumático en ocasiones... pero a estas alturas supongo que todos recuerdan con cariño este primerizo Too fast for love. Total, que como dijo Gene Simmons, dejadme que os cuente una historia, it's a big one, goes like this, yeah.
Mi primer disco de los Crüe fue Theatre of pain. El primero de WASP me había alucinado y mientras no salía su continuación, Sixx y compañía editaron este. Decidí probar y escucharles –las revistas de la época tales como Hit Parader ponían a las dos bandas en el mismo saco, el de las revelaciones aparecidas en la escena del Sunset Strip de Los Angeles- y, aunque en aquel momento me parecieron inferiores al grupo de Lawless, me llamaron la atención lo suficiente como para comprarme el fantástico Shout at the devil y comenzar a seguirles hasta conseguir años después una copia alemana de importación del Too fast for love.
Estamos a finales de 1981 y Frank Feranna, Robert Deal, Thomas Bass y Vincent Wharton -quizas no les recordéis con estos nombres, los reales- editaban con su sello Leathür records un álbum –producido por ellos mismos, con Laura Livingston de ingeniera- que capturaba en vinilo la energía de los increíbles conciertos que daban en el Whiskey-a-go-go y que llamó la atención de Tom Zutaut, un avispado empleado de Elektra records enamorado de las bandas de la escena angelina y con ganas de hacerse un lugar en la empresa. Los inicios de Mötley Crüe en Elektra fueron –como casi todo lo que rodeaba a la banda en aquella época- caóticos y salvajes y a punto estuvieron de ser echados por el sello, que no confiaba para nada en su valía. Para resumir, Elektra contrató a Roy Thomas Baker –un tipo que había trabajado para Queen y que montaba unas fiestas de aúpa con alcohol, mujeres y cocaína- para remezclar el álbum, algo que para mi gusto era del todo innecesario, cambiar el orden de algunos temas y eliminar una canción antes de relanzar Too fast for love en verano de 1982. Como anécdota, contaros que mientras el disco se estaba terminando, el infame management de la banda se comprometió a enviarlos a una mini gira por Canadá, por lo que Elektra se vieron obligados a sacar a toda prisa una edición bajo su sello de la grabación original de Leathür, que aún incluía la canción Stick to your guns.
Total, que Too fast for love -second coming- acabó saliendo al mercado sin demasiado apoyo de la compañía y con Zutaut como único aliado de Sixx y compañía, que les consiguió la representación de Doc McGhee y la oportunidad de tocar en el U.S. Festival de 1983. Fue precisamente eso lo que dio visibilidad a Mötley Crüe más allá del Sunset Strip y colocó Too fast for love en el Billboard 200. En esos momentos, la banda estaba ya grabando Shout at the devil, el disco que les convertiría en un fenómeno... aunque esa ya es otra historia.
Grabado en los Crystal sound studios y con carátula de Don Adkins Jr. sacada de su foto de Vince de la contraportada, la banda estaba formada por Vince Neil a las voces, Mick Mars a las guitarras, Nikki Sixx al bajo y Tommy Lee a la batería y percusión.
El listado de canciones de la edición de Elektra fue:
A
Live wire
Come on and dance
Public enemy #1
Merry-go-round
Take me to the top
B
Piece of your action
Starry eyes
Too fast for love
On with the show
Pese a que yo tengo –como casi todo el mundo- la versión remezclada de Elektra en vinilo, os acompaño el clip de la versión original de Leathür records por la gran calidad de su sonido –tres veces la he escuchado mientras buscaba datos y escribía esta parrafada- y por incluir la mencionada Stick to your guns.
Y es que estamos ante uno de los principales exponentes del hard rock angelino de los ochenta, un disco con fallos –la voz de Neil no acaba de estar pulida, algunas guitarras tampoco- pero que resultó ser una obra honesta, caracterizada por esa mezcla de macarrismo y melodías pop –reflejo de la personalidad de Sixx, para mi el verdadero motor de la banda- que la hacía tan especial. Too fast for love es uno de esos álbumes que cuanto más los escuchas, más te gustan.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com
jueves, 30 de enero de 2014
Andy Reynolds
Y ahora le toca al norteamericano Andy Reynolds, un fotógrafo que inició su carrera en Nueva York como asistente de Chris Buck o Juergen Teller y que acabó trasladándose a Seattle para establecerse como profesional freelance. Entre sus clientes se cuentan MTV, Time Magazine, Fox International, Microsoft o Red Bull.
miércoles, 29 de enero de 2014
Max Katsen Coil
Piltrafillas, este es el canadiense Max Katsen Coil, un fotógrafo del que –sabréis disculparme- no os puedo dar dato alguno. Eso sí, encaja a la perfección en este blog.
Quiet Riot – The Randy Rhoads Years (1993)
Amigos, no sé vosotros, pero yo descubrí a Quiet Riot con su Metal Health, mítico e imprescindible álbum de hard rock ochentero donde los haya que tuvo continuidad en un Condition Critical que salió a rebufo de su exitoso predecesor aunque sin el éxito del primero. Y digo esto porque imagino que pese a que las ansias de conocimiento posteriores nos permitieron conocer que el álbum del despegue internacional de la banda no era en realidad su primera obra... de la misma forma que Carlos Cavazo no era el primer guitarrista de la banda, no creo que –como yo- hubiéseis oído demasiado de su primera época. Y es que amigos, cuando Metal Health reventó las listas en 1983 –el primer álbum de hard rock en la historia en conseguir el primer puesto en la Billboard 200-, la banda ya había editado dos vinilos para CBS Sony en el mercado japonés y su guitarrista original –un tal Randy Rhoads, no sé si os suena- había fallecido prematuramente convirtiéndose en leyenda.
Pues bien, en 1993 –diez años después de la edición de Metal Health y tras una trayectoria en Quiet Riot llena de altibajos que incluso había propiciado su sustitución por Paul Shortino seis años antes-, el vocalista original Kevin DuBrow se involucró en la edición para Rhino Records de este The Randy Rhoads Years. El álbum es una recopilación con remezclas de varios temas aparecidos en Quiet Riot y Quiet Riot II -los dos vinilos que el grupo había editado únicamente en el mercado nipón- y de algunas canciones interpretadas por Randy Rhoads y nunca editadas previamente.
El line up oficial corresponde a la formación de finales de los 70, con los mencionados DuBrow y Rhoads a la voz y guitarras respectivamente, junto a Kelly Garni al bajo y Drew Forsyth a la batería. Sin embargo, se ha sabido que Carlos Cavazo dobló las partes de Rhoads para conseguir un sonido más potente.
Con producción original de Derek Lawrence, Lee DeCarlo y Warren Entner y de Kevin DuBrow en la remezcla –que también regrabó todas las voces-, la lista de temas de este The Randy Rhoads Years que –con permiso de la familia del guitarrista- pretendía tanto homenajear al desaparecido músico como rentabilizar la fama conseguida en las filas del grupo de Ozzy Osbourne, era:
Trouble (Quiet Riot II)
Laughing gas LIVE (Unreleased)
Afterglow (of your love) (Quiet Riot II)
Killer girls (Quiet Riot II)
Picking up the pieces (Unreleased)
Last call for Rock ‘n’ roll (Quiet Riot, named Mama’s little angels)
Breakin up is a heartache (Unreleased)
Force of habit (Unreleased)
It’s not so funny (Quiet Riot)
Look in any window (Quiet Riot)
The Randy Rhoads Years es un híbrido de estilos, una especie de monstruo de Frankenstein destrozado y recompuesto destinado a completistas, un álbum que podía gustar tanto a los fans de Rhoads como a los de la voz de DuBrow, aunque poco tenía que ver ni con el sonido actual –léase 1993- de la banda, ni con el de Randy con Ozzy, ni servía como greatests hits al no tratarse en realidad de las grabaciones originales de los primeros discos. Aún así, en mi opinión, se trata de una buena oportunidad para hacerse con material de un guitarrista que no sabemos de lo que hubiese sido capaz si aquella mañana de marzo de 1982 no hubiese subido a dar una vuelta en avioneta con un piloto hasta arriba de cocaína.
Por cierto, Kevin DuBrow falleció en 2007 a causa de una sobredosis accidental de la misma droga.
De este álbum destacan en mi opinión Trouble, Killer girls, Picking up the pieces –no editada anteriormente, con el mismísimo Rhoads en el bajo-, Force of habit –un primerizo tema de Randy, germen del Suicide Solution que grabó con Ozzy- y Look at any window, que os adjunto seguidamente.
De este álbum destacan en mi opinión Trouble, Killer girls, Picking up the pieces –no editada anteriormente, con el mismísimo Rhoads en el bajo-, Force of habit –un primerizo tema de Randy, germen del Suicide Solution que grabó con Ozzy- y Look at any window, que os adjunto seguidamente.
Feliz fin de semana.
© King Piltrafilla
Publicada el viernes pasado en zeppelinrockon.com
Publicada el viernes pasado en zeppelinrockon.com
martes, 28 de enero de 2014
Joel Rea
El martes se lo dedico a este jovencísimo pintor hiperrealista australiano llamado Joel Rea, un artista que a lo largo de su corta carrera ya ha conseguido numerosos galardones y premios gracias a sus fantásticos óleos.
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