Y ya que estamos con un bajo nivel de exigencia cinematográfica, voy a hablaros de una película que por lo menos no intenta engañar a nadie. Le toca ahora pues a la serie B más casposa amiguitos, en concreto a Love Camp 7, una bizarra cinta de 1968 mezcla de subgéneros women in prison y nazisploitation que nos cuenta como las fuerzas aliadas deciden infiltrar a dos agentes británicas en un campo de concentración nazi para mujeres –una especie de establo en el que almacenar carne para el desahogo sexual de los oficiales- con el objetivo de recoger información sobre lo que allí ocurre.
Piltrafillas, poco hay que contar de una obra –que incluso posee cierta calidad- que al parecer sentó las bases para las películas que llegarían en los años 70 y que nos muestra casi continuamente desnudos frontales femeninos y nos ofrece escenas de vejaciones, torturas y violaciones. Tampoco falta la orgía con oficiales nazis, el soldado bueno que siente remordimientos por lo que está viendo y –lo mejor de todo- la oficial médico, una mujer adusta con la cara cruzada por una cicatriz y de apariencia tan hombruna como la cualquier camionero de Iowa. Los personajes están poco definidos, los diálogos son penosos y la historia tiene poca originalidad, aún así considero que está bien rodada y tiene cierto encanto, sobre todo pensando en la época en la que se rodó. En fin amiguitos, un clásico que únicamente se puede ver como documento –aunque la pareja protagonista, en las pocas escenas en las que deben actuar algo, no lo hacen tan mal- al estar ya todos acostumbrados a estas alturas a películas de este tipo. Y sobre todo, no escatiméis alcohol.
Piltrafillas, poco hay que contar de una obra –que incluso posee cierta calidad- que al parecer sentó las bases para las películas que llegarían en los años 70 y que nos muestra casi continuamente desnudos frontales femeninos y nos ofrece escenas de vejaciones, torturas y violaciones. Tampoco falta la orgía con oficiales nazis, el soldado bueno que siente remordimientos por lo que está viendo y –lo mejor de todo- la oficial médico, una mujer adusta con la cara cruzada por una cicatriz y de apariencia tan hombruna como la cualquier camionero de Iowa. Los personajes están poco definidos, los diálogos son penosos y la historia tiene poca originalidad, aún así considero que está bien rodada y tiene cierto encanto, sobre todo pensando en la época en la que se rodó. En fin amiguitos, un clásico que únicamente se puede ver como documento –aunque la pareja protagonista, en las pocas escenas en las que deben actuar algo, no lo hacen tan mal- al estar ya todos acostumbrados a estas alturas a películas de este tipo. Y sobre todo, no escatiméis alcohol.
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