lunes, 31 de diciembre de 2018

Can Pekdemir


Y mi última entrada del año es para el fotógrafo turco Can Pekdemir, un artista que centra su obra en la experimentación a través de la alteración del cuerpo humano. Formado en Diseño de Comunicación Visual por la Bilgi University de Estambul –donde llegó a trabajar como instructor–, en la actualidad alterna su faceta artística con la docencia a tiempo parcial en la Bahçesehir University.

domingo, 30 de diciembre de 2018

Camellia Morris


Despido el domingo con Camellia Morris, una artista natural de Singapur que se estableció en Australia a los siete años y creció en los suburbios de Sidney, lo que ha marcado indudablemente sus pinturas en las que imágenes acuáticas, bañistas, surfistas y el reflejo de la luz del sol sobre las ondulaciones del agua acaparan todo el protagonismo.

El rehén (2018)


Y esta es El rehén, un notable thriller dirigido por Brad Anderson y protagonizado por Jon Hamm y Rosamund Pike que nos cuenta la historia de Mason Skiles, un diplomático norteamericano y hábil negociador relacionado con la CIA que trabaja en el Líbano en los años 70 y que abandona el país y su trabajo al morir asesinada su esposa. Diez años después, establecido como abogado laboralista, es requerido por la CIA para que regrese a Beirut en una misión secreta. En un entorno sepultado bajo la mentira y la deshonestidad y con la ayuda de una agente encubierta cuya verdadera misión es mantenerlo vigilado, se le pide ayuda para rescatar a un viejo amigo, jefe de zona de la CIA. 


No puedo deciros mucho más, amiguitos. Protagonizada por un antihéroe traumatizado y alcohólico, la verdad piltrafillas es que El rehén me ha gustado mucho. Pese a no tener excesivas escenas de acción, la ambientación e interpretaciones son de lo más aceptable y transmite un atractivo espíritu de película de espías como las de antes, aquellas basadas en novelas de Le Carré, Greene o Forsyth que devoraba en mi adolescencia. Muy entretenida y recomendable, aunque poco original en cuanto al desarrollo de una historia de engaños e intereses ocultos.

Blackwood (2018)


Piltrafillas, lo que ocurre con las películas que uno va dejando de lado para un día en el que no le queden otras es que tarde o temprano llega ese día. Y este fin de semana resulta que me he quedado sin opciones a la hora de ver una cinta para comentaros por lo que he tenido que echar mano de Blackwood. Dirigida por el español Rodrigo Cortés y protagonizada por Uma Thurman junto a jovencitas como AnnaSophia Robb, Taylor Russell o Isabelle Fuhrman, lo que nos cuenta es la historia de Kit y cuatro adolescentes problemáticas más, llevadas a un internado en la campiña dirigido por una enigmática mujer que se hace llamar Madame Duret, en el que no tardan en manifestar extrañas habilidades que desconocían poseer en el ámbito de las matemáticas, la música o la literatura. Poco a poco, las chicas comienzan a sufrir visiones y la frontera entre realidad y sueños se hará cada vez más confusa llevándolas a descubrir las razones que se ocultan tras la vida entre los muros de Blackwood. 


En efecto amigos, Blackwood es la típica película de chicas adolescentes y elementos sobrenaturales y en ese aspecto tengo demasiado idealizada a Jóvenes brujas (The craft) para considerar apetecible cualquier otra. Admito pues que se trata de un problema personal. Así que le he preguntado a mi hija –más cercana a la edad de las protagonistas que yo, obviamente– si había visto la cinta y qué le había parecido. Su respuesta tendría que haberme hecho cambiar de idea. Es basura, me ha dicho. Pero ya os he contado que no tenía otra para ver, por lo que he decidido caminar por el lado salvaje de la vida, servirme un copazo de ron colombiano y afrontar la visión de esta Down in a dark hall, que es el título original de la cinta y de la novela en la que se basa. Y la verdad es que la película no es tan mala como me había dicho mi hija, pero tampoco es para tirar cohetes. No pasa de ser una peliculilla entretenida de fenómenos paranormales low cost con interpretaciones muy justitas. Pese a todo, el resultado es decente y moderadamente entretenido. Para un momento de apuro y luego olvidar.

Steven Paneccasio


Este es el estadounidense Steven Paneccasio, un fotógrafo de Queens especializado en grandes formatos para los que utiliza una paleta de colores minimalista, formado entre el Purchase College de la State University of New York –donde actualmente también trabaja como profesor adjunto– y el Massachusetts College of Art and Design.