Piltrafillas, hoy han celebrado en mi empresa la tradicional comida de Navidad. Y digo han y no hemos porque he sido el único de la empresa –llamadme irresponsable, outsider o simplemente honesto- que no se ha prestado a tal pantomima que de rebosante de hipocresía roza lo obsceno. En fin, ignoro si este acto de rebeldía y autoafirmación –o de llana sinceridad- tendrá consecuencias para mi futuro laboral pero creo firmemente que en mi horario de trabajo estoy obligado a acatar las órdenes –por inoportunas que las considere- de los que me mandan y a reírles las gracias, aunque sea por pura cortesía. Sin embargo, soy de la opinión de que una vez he fichado, recupero mi personalidad, mi esencia como ser humano al margen de estos lobos con piel de cordero que al sonreírme afablemente intentando parecer amigables no hacen otra cosa que enseñar sus colmillos. De 9 a 14:30 y de 16 a 19 estoy obligado a obedecerles señores, pero yo escojo con quien me siento a la mesa y mientras no demuestren algo más de sinceridad y consideración no van a ser ustedes. Lo siento por mis compañeros, cobardes borregos que no hacen otra cosa que echar pestes de aquellos que deciden cómo y cuando llevarnos al matadero pero que se venden por un puñado de lentejas. Que durmáis bien. Y feliz Navidad, también a aquellos que se han quedado por el camino porque no contaban para la empresa, lo que incluye a uno que el año pasado asistió a la comida de marras –por lo que pudiese pasar-, y de lo que le sirvió.
jueves, 17 de diciembre de 2009
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5 comentarios:
Hombre, podía haber hecho usted una excepción... no sea que le califiquen de asocial... aunque almenos es coherente con sus principios. Para cuando una comida o cena de piltrafillas???
Mis principios no, mi dignidad.
En cuanto a la cena, lo veo difícil ya que intento mantener el anonimato en esta comunidad variopinta.
En mi empresa como no hay comida como tal a nivel oficial(no hay lugar donde quepan 1500 personas exceptuando el cementerio o fondo del mar) nos lo montamos por grupitos y normalmente sin jefes..
Para que se hagan una idea, ayer jueves fue la comida a la que yo -el único de la empresa- no asistí. No hace ni 24 horas que el presidente brindó con todos, sonrió y contó chistes de pésimo gusto.
Pues bien, hoy me he enterado que a final de este mes van a echar a uno de los empleados con los que ayer mismo brindó y que -iluso- no sabe nada de nada. Esa es la dignidad a la que ayer le aludí para justificar mi ausencia del ágape, mi falta de confianza en esta gente.
Y ya sabe, cuando las barbas de tu vecino...
Comparto su punto de vista sobre esta mierda de comidas de empresa. Si hay alguna ocasión para ser antisocial al año, esta es de las mejores mejores.
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