Bueno amiguitos, llega el momento de las recomendaciones –o no- cinéfilas. La primera película del fin de semana ha sido Pig Hunt, una cinta en la que nos encontramos todos los clichés habidos y por haber. Amigos urbanitas, la novia de uno de ellos, el apocado con mascota, el veterano del ejército, el vertedero de residuos tóxicos, los paletos de la américa profunda, una secta, drogas e incluso –aunque con calzador- unas cuantas tetas. La historia que nos cuenta la película es la de John, quien –a causa del reciente fallecimiento de su tío- decide ir a su lejana granja en medio de la nada y pasar con sus amigos –todos ellos de San Francisco- unos días dedicados a la caza del jabalí. Rodeados de paletos y la sombra de la leyenda del Descuartizador, el grupo y un par de hermanos, antiguos amigos de la infancia de John, se internarán en los bosques de Big Wallow. Pero un accidente provocará la ira del pueblo y Pig Hunt se convertirá en una mezcla entre Deliverance, Mad Max y Razorback.
La historia no está mal, la ambientación y los personajes tampoco, pero el desarrollo es carente de ritmo hasta la exasperación lo que acaba pesando como una losa sobre la cinta que se hace lenta y tediosa en demasiados fragmentos. Distraída a ratos, interesante a ratos, impactante –poco- a ratos... en definitiva, muy lejos de ser una obra del género para recordar. Y eso que prometía.
La historia no está mal, la ambientación y los personajes tampoco, pero el desarrollo es carente de ritmo hasta la exasperación lo que acaba pesando como una losa sobre la cinta que se hace lenta y tediosa en demasiados fragmentos. Distraída a ratos, interesante a ratos, impactante –poco- a ratos... en definitiva, muy lejos de ser una obra del género para recordar. Y eso que prometía.
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