Amiguitos, acabo de llegar a casa después de ver Avatar en 3D con la familia. Debo deciros que afrontaba la cita con cierta desgana y –una vez más- asqueado de mi mismo por seguir aborregado la tendencia del momento, al menos en lo que a cine de estreno se refiere. Pues bien, no os contaré el argumento, ni hablaré del poco original mensaje ecologista que Avatar propaga, ni me quejaré del nivel de sonido excesivamente alto que tiene seleccionado el cine Comedia de Barcelona –y que a ratos se hacía desagradable- porque en realidad nada de ello importa ante el triunfo de la técnica que supone la cinta de James Cameron.
Piltrafillas míos, no tengo palabras, Avatar es sencillamente es-pec-ta-cu-lar. Me he sentido como aquellas pobres gentes acostumbradas al cine mudo cuando llegó el sonido o a los primeros que vieron el color de La feria de las vanidades. Cierto es que cada cambio ha sido traumático –sin ir más lejos, Eisenstein declaró que el cine sonoro era una idiotez- y que al igual que Citizen Kane es superior a cualquiera de las de Jackie Chan por mucho que estas últimas sean en color, tampoco todo lo que llegue ahora en tres dimensiones y con profusión de efectos generados por ordenador va a ser genial. Pero lo cierto piltrafillas es que el tío Cameron lo ha vuelto a hacer y realmente me alegro de haber pagado siete euros (por triplicado, y eso que era día del espectador) por ver esta cinta cargada de acción y escenas bellísimas, dos horas y media que para nada se me han hecho pesadas. No está mal para alguien como yo, que opina que no hay mejor sitio para ver cine que tumbado en el sofá de casa y que la última vez que pisó una sala comercial fue a principios del mes de Marzo. Corred a verla y disfrutad.
2 comentarios:
Lo hice en familia.
Como su merced.
Sepa que fue espectacular.
Coincidimos
¿será que me hago del club?
HORROR!!!!!!!!!!
Ja ja. Amigo, no lo dude, si está usted aquí ya es del club. No se resista piltrafilla rlfox y déjese llevar por el frikismo.
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