Durante nuestra reciente estancia en Ámsterdam, aprovechamos para visitar un par de localidades no demasiado lejanas a la capital, algo que nos sirvió para airearnos, conocer otros decorados y dar descanso a nuestros pies, como mínimo durante los trayectos en tren hacia y desde esos lugares. En la serie de instantáneas de hoy podréis ver imágenes de Utrecht –en donde, para resumir, Gran Bretaña se quedó con Gibraltar y permitió que Felipe V aboliera leyes e instituciones propias del Principado de Cataluña- y de Haarlem. En ambas ciudades diluvió, aunque en la primera acabó saliendo el sol por lo que pude tomar más fotografías. Por cierto, mientras que en Utrecht me exasperó el sonido del carillón de la torre del Dom, en Haarlem pude disfrutar del maravilloso sonido del fabuloso órgano Müller de la Grote Kerk.
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