domingo, 31 de agosto de 2014

Bloody Bloody Bible Camp


Antes de nada, amiguitos, os diré que los campamentos bíblicos –Bible Camps- existen realmente y son una especie de retiro vacacional para niños, jóvenes e incluso adultos en los que congregaciones cristianas fomentan la convivencia entre individuos que comparten una creencia, se imparten conferencias y se llevan a cabo programas de asistencia espiritual. Vamos, como los cámpings de nuestras costas, pero sin concursos de miss camiseta mojada ni maratones de ingesta de cerveza, todo en nombre del Señor. Pues bien, hoy os traigo Bloody Bloody Bible Camp, una simpática, obscena e hilarante basura cinematográfica, una película de serie Z irreverente, políticamente incorrecta, gore, chabacana y de discutible calidad. Eso sí, entretenida. La historia comienza en 1977, cuando un grupo de adolescentes bajo la tutela de un sacerdote fanático de Elvis desolado por la reciente muerte de su ídolo –la mayoría de los cuales sólo piensan en perder la virginidad-, son masacrados por una monja asesina mientras pasan unos días en el campamento bíblico del Feliz Día


Siete años después de los asesinatos cometidos por la Hermana Mary Chopper –algo así como María Hacha-, el Padre Cummings, el Hermano Zeke, la gótica Jennifer, la beata e infantil Brittany, el salido Tad –típico exponente de la white trash norteamericana-, el atontado Vance, el gordo, miope, pardillo e inmaduro Timmy y la lesbiana Millie llegan al campamento dispuestos a pasar un feliz fin de semana y evaluar la compra de los terrenos para la congregación de San Judas, con actividades programadas tan excitantes como un concurso de preguntas sobre la Biblia para nombrar al ganador como el mejor crstiano del campamento, quien recibirá el libro Dios habla hoy –en español en el original- sin saber que los habitantes del pueblo se refieren al lugar como sangriento sangriento –así, doblemente- campamento bíblico desde que uno de ellos fuese el único superviviente de la matanza, un tal Dwayne, que en la actualidad se encuentra mudo y babeando en una silla de ruedas. Dirigida por Vito Trabucco -¿en serio ese nombre es real?-, Bloody Bloody Bible Camp es una de esas cintas indicadas únicamente para frikis ávidos de subproductos de la peor ralea para ver, no ya con palomitas, sino con un par de gintonics en el cuerpo.

No hay comentarios: