Tras una mañana en la que diluvió copiosamente sobre los que esperaron más de dos horas de cola para acceder a la Anne Frank huis –yo me refugié en un portal, pero mi esposa y mi hija tragaron más agua que las ranas ¡y sin paraguas hasta que la organización les prestó uno!-, salió el sol y pudimos pasear por el Jordaan. Después de comer algo, echamos a andar hacia la Museumplein –de camino nos compramos un trozo de pastel de queso que estaba sublime- dispuestos a visitar un Van Gogh Museum abarrotado, más lleno que el metro en hora punta, poco iluminado y agobiante... la peor experiencia museística de toda mi vida, amiguitos, no os digo más. Y de ahí, también a pie –ese día fue especialmente duro- regresamos a nuestro hotel, cercano al Amsterdam RAI - moderno centro de congresos de la ciudad-, en donde cenamos lo que pudimos comprar en un supermercado.
Sólo soy un piltrafilla que, poniendo de manifiesto un grave problema de egomanía, me permito opinar de todo cuanto se me pasa por la cabeza sin asumir que a) Lo que escribo no le interesa a nadie más que a mi mismo, y b) En general, no poseo los conocimientos necesarios para discernir sobre los temas que trato. Sin embargo, aquí está mi obra. Consultándola, los amantes del ARTE en cualquiera de sus manifestaciones estaréis de enhorabuena. Así, si mis elucubraciones no os interesan lo más mínimo, al menos podréis explayaros con las imágenes.
Pintura, fotografía, ilustración, coches, cine, música, humor... bienvenidos a la comunidad!
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