Y con un padre así, a minimamente talentoso y capaz que sea uno, por fuerza tiene que estar influenciado por su progenitor. Así pues, no es de extrañar que Cyril Helnwein comenzase a tomar fotografías en su Viena natal con sólo 10 años. En la actualidad reparte su vida entre Irlanda y Los Angeles, en donde lleva a cabo la mayoría de sus exposiciones.
lunes, 30 de agosto de 2010
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