Piltrafillas, sabéis que me gustan los coches y que –desde este espacio- os hablo a menudo de vehículos que me parecen especialmente bonitos. Esta vez haré una excepción. Sí amiguitos, porque os voy a hablar ahora de una de las furgonetas más feas que he visto en mi vida. Se trata de la Citroën H, una especie de monstruo de Frankenstein de la carretera que la marca francesa comenzó a fabricar en 1947 y que era un monumento a la fealdad, una especie de alegoría de la chapa construida con piezas que provenían de otros coches, con lo que era muy barata de fabricar. Ignoro si eso se tradujo en su precio de venta en la calle, pero lo cierto es que la Citroën H se fabricó durante casi 35 años y –sobre todo en Francia- se veía por todas partes y en todos los ámbitos, desde repartidores a la Policía. Eso sí, era fea de cojones.
domingo, 14 de septiembre de 2008
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