Hace ya unos años, Vida Guerra –modelo cubana, en la imagen superior- saltó a la fama gracias a unas fotos que publicó la revista FHM en las que mostraba su cuerpo de generosas formas, grandes nalgas y anchas caderas. Corría 2002 cuando –después de aparecer Vida en sus páginas- la citada revista recibió cientos de cartas pidiendo más fotos de ella. En 2004 la cubana se convirtió en la Modelo del año FHM. Desde entonces, esta emigrante ha aparecido en magazines como Smooth o DUB y ha actuado en culebrones hispanos, así como en vídeoclips. El cénit de Vida como modelo llegó en Julio de 2006, con la aparición de su desnudo en el Playboy norteamericano.
Recientemente, la brasileña Andressa Soares –imagen inferior- se convirtió en la mujer más popular y deseada de Brasil al aparecer en Playboy desnuda, comiéndose una sandía –lo que le ha aportado el sobrenombre de mulher melancia, mujer sandía- y mostrando un gran trasero. La chica, que comenzó su carrera siendo seleccionada como bailarina de acompñamiento para un cantante funky local, ya ha aparecido dos veces en la publicación del conejito y es una invitada habitual de los programas del canal brasileño TV Globo. Así es piltrafillas, ambos –el de Vida y el de Andressa- son casos del éxito de un cánon latino de belleza, el de la mujer de rotundas formas. No hablamos ya de perfectos culos esculpidos a fuerza de gimnasio, hablamos de traseros potentes, desbordantes, carnosos, hablamos de cuerpos voluptuosos y sensuales. Las rubias de bote con ojitos azules y pechos de silicona pueden ir haciendo las maletas. El mundo ha descubierto el calor animal que emanan estas mujeres. Lo malo –como leí en algún sitio- es que cuando abandonan la treintena, la mayoría se convierten en mesas camilla con piernas. En fin, cosas de la naturaleza.
Recientemente, la brasileña Andressa Soares –imagen inferior- se convirtió en la mujer más popular y deseada de Brasil al aparecer en Playboy desnuda, comiéndose una sandía –lo que le ha aportado el sobrenombre de mulher melancia, mujer sandía- y mostrando un gran trasero. La chica, que comenzó su carrera siendo seleccionada como bailarina de acompñamiento para un cantante funky local, ya ha aparecido dos veces en la publicación del conejito y es una invitada habitual de los programas del canal brasileño TV Globo. Así es piltrafillas, ambos –el de Vida y el de Andressa- son casos del éxito de un cánon latino de belleza, el de la mujer de rotundas formas. No hablamos ya de perfectos culos esculpidos a fuerza de gimnasio, hablamos de traseros potentes, desbordantes, carnosos, hablamos de cuerpos voluptuosos y sensuales. Las rubias de bote con ojitos azules y pechos de silicona pueden ir haciendo las maletas. El mundo ha descubierto el calor animal que emanan estas mujeres. Lo malo –como leí en algún sitio- es que cuando abandonan la treintena, la mayoría se convierten en mesas camilla con piernas. En fin, cosas de la naturaleza.
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