De regreso al surrealismo pop os voy a hablar ahora de otro de sus más importantes exponentes, Joe Coleman.
Joe –un tipo extraño, veréis ahora- nació en 1955. A los seis años fue escolarizado en una clase especial para niños retrasados o con trastornos emocionales y dos años más tarde comenzó a dibujar imágenes de santos sangrantes o quemados en la hoguera. A los doce años prendió fuego al patio del colegio.
Sin embargo, este “angelito” consigue algunos premios gracias a su maestría para el dibujo y –ya adulto- no ha parado de exponer y organizar performances en galerías y clubs de Nueva York, Los Angeles, Baltimore y algunas ciudades más entre las que se cuenta Londres. Ha aparecido –como actor- en varias películas y documentales, y ha publicado diversos libros. El hombre es “rarito”, pero ya sabéis que eso es precisamene lo que me atrae de muchos de los artistas de los que hablo en este blog.
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