Amigos, si el viernes pasado se me ocurrió deciros que Jugulator –analizado independientemente, fuera de contexto y como mero álbum de heavy metal- me parecía un buen trabajo, hoy vuelvo a la polémica dedicando mi entrada a St. Anger de Metallica. Lo fácil sería no perder demasiado tiempo, escribir en mayúsculas ES UNA MIERDA, adjuntar las consabidas fotos y cubrir el expediente. Total, el editor del blog tampoco me paga gran cosa –por no decir nada- así que hubiese cumplido mi misión y además no hubiese encontrado demasiada oposición que digamos al mencionado análisis. Sin embargo, creo que ZRS merece algo más de esfuerzo por lo que voy a intentar sacar algo positivo de este cedé.
Y tras tragármelo de nuevo varias veces para poder escribir esta reseña -uno es profesional- he llegado a la conclusión de que si pudiésemos eliminar y regrabar las pistas de batería, con ese irritante eco metálico que se le mete a uno en lo más profundo del hipotálamo –en el tema título llega a grado de delito-, si pudiésemos guiar por una senda coherente las voces/berridos de un Hetfield que no estaba en el momento más equilibrado de su vida precisamente y darle un par de hostias a Bob Rock –más concentrado en formar parte de la banda que de producirla- para bajarle el endiosamiento y las ganas de rizar el rizo, entonces estaríamos ante un álbum al que incluso podríamos calificar de bueno.
Y es que, casi seis años después de sacar al mercado el controvertido Reload –nunca hasta la fecha les había llevado tanto finalizar un álbum-, Metallica editaron con Elektra Records este polémico St. Anger que iba a ser el primero sin Jason Newsted en quince años además de un radical giro estilístico que tantos ríos de tinta y discusiones metaleras iba provocar, además del enfado del pusilánime Kirk Hammett, relegado a un segundo plano. El resultado fue este puzzle de producción entre inexistente y extremadamente experimental, cargado de rabia, donde cada músico parecía encontrarse perdido en su propio resentimiento. Quizás fue eso mismo lo que arruinó –aqui tengo que decir que los fans siempre nos empeñamos en eso pero no hay que perder de vista que St. Anger vendió en todo mundo mas de seis millones de copias, así que bendito fracaso- la parte creativa de la banda, algo que nos indica que a lo mejor tal momento de desunión y desconcierto no era el mejor para reinventarse.
Con una portada diseñada por Pushead y producción de Bob Rock y Metallica, James Hetfield a las voces y guitarra, Kirk Hammett a la guitarra y coros, Lars Ulrich a la batería y Bob Rock al bajo, St. Anger tenía el siguiente track list:
Frantic
St. Anger
Some kind of monster
Dirty window
Invisible kid
My world
Shoot me again
Sweet amber
The unnamed feeling
Purify
All within my hands
El cedé incluye un dvd con la banda –ya con Robert Trujillo en el bajo y coros- ejecutando el álbum completo que me parece infinitamente más interesante que la grabación original y que demuestra que el disco podía haber sonado crudo y heavy en lugar de un experimento de nu-metal fuera de lugar. En cuanto a los temas, me gustaría destacar -entendedme- Frantic, Some kind of monster, Dirty window, Shoot me again o The unnamed feeling. Y hoy en día, cuando algunas bandas se han empeñado en regrabar viejos discos sin necesidad, no vería tan descabellado este caso hacer un St. Anger 2.0 que reconciliase al grupo con sus seguidores que –pese a todas las decepciones- somos muchos todavía, aunque sea a costa de idolatrar los temas clásicos de los 80.
¡Feliz fin de semana!
© King Piltrafilla
Entrada publicada el pasado jueves en zeppelinrockon.com
Entrada publicada el pasado jueves en zeppelinrockon.com
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