domingo, 22 de junio de 2014

Escape from tomorrow


Piltrafillas, nunca he estado en el Parque Warner ni en Port Aventura y –en casi medio siglo de vida en Barcelona- apenas habré estado cinco o seis veces en el parque de atracciones del Tibidabo. Así es, odio esos sitios llenos de gente haciendo horas de cola para –en el mejor de los casos- pasar varios minutos de excitación adrenalínica. Sin embargo, cuando mi hija cumplió cinco añitos, la llevé a Disneyworld Paris. Y sí, tal como imaginaba, lo pasé fatal dedicando más tiempo a caminar por el enorme recinto y esperar turno en eternas colas que a disfrutar de las atracciones. Pero la carita de felicidad de mi niña durante los tres días que pasé allí –quizás porque no había perdido aun la inocencia, eso de lo que uno se cura con los años- valieron la pena con creces. Aun así, mi rechazo por ese tipo de opciones lúdicas no ha decrecido. Por eso, cuando tuve conocimiento de esta película, no me lo pensé dos veces. Me refiero a Escape from tomorrow, cinta independiente en blanco y negro escrita y dirigida por un tal Randy Moore y protagonizada por Roy Abramsohn que nos cuenta la historia de Jim, un padre de familia de clase media al que comunican su despido por teléfono el último día de sus vacaciones en Disneyland. A partir de ese instante, comenzará a perder la razón y sufrir alucinaciones -¿lo son realmente?- a la vez que se obsesionará con un par de adolescentes francesas con las que se cruza contínuamente en las colas de diversas atracciones. 


Escape from tomorrow es surreal, extraña, a ratos angustiosa... en resumen, una estupenda opción para pasar el rato con unas palomitas cerca, que además tiene como punto a favor –aunque uno es escéptico y duda de casi todo- que fue rodada a escondidas en los parques Disney de Estados Unidos sin permiso de la compañía. De hecho, una de las preocupaciones de los productores de la cinta era el aluvión de demandas que les podían caer. Por contra, The Walt Disney Co. ha ignorado por completo la opera prima de Moore, que sin embargo fue presentada el año pasado en el festival de Sundance con gran éxito. Por mi parte, me he sentido muy identificado y –además de entretenerme con esta ida de olla cargada de imaginación- he podido constatar que las atracciones son las mismas en todos los parques Disney, que no soy el único al que le repatea tanta sonrisa, tanta princesita y tanta memez... y que -por suerte-, sobreviví a la gripe felina. Recomendadísima. 


Por cierto –para aquellos que me hagáis caso y disfrutéis esta Escape from tomorrow-, esta es la poetisa Emily Dickinson.

No hay comentarios: