Desde los dieciséis hasta los treinta años –el matrimonio y los gastos de hipoteca pusieron freno a muchos hobbies, aunque la crisis de los cuarenta y pico me ha hecho pensar en adquirir un nuevo tocadiscos después de casi diez años sin él- la parte de Barcelona que más visitaba era la calle Tallers –Discos Castelló y Discos Impacto sobre todo-, en la que me dejaba mi asignación primero y buena parte del sueldo más tarde. Pero no todos los vinilos estaban en Tallers. Paralela a esta y mucho más concurrida, está la calle Pelayo y allí estaba la tienda –hoy desaparecida- de Discos Balada, un establecimiento especialmente dedicado a material norteamericano en el que se podían encontrar ediciones de WEA, ATCO o MCA de importación. De allí son –por ejemplo- mis copias de Night Ranger, Malice... o las del grupo del que os hablo hoy, los nipones Loudness.
Tras formarse en 1981 y firmar con Nippon Columbia, Loudness editaron tres álbumes para el mercado japonés: The birthday eve –que obtuvo una inmediata respuesta favorable de la crítica y los fans-, Devil soldier –que recibió el premio de mejor álbum de metal de Japón de 1982- y The law of Devil’s land, después del que iniciaron una gira por los Estados Unidos y Europa que les otorgó popularidad y la oportunidad de grabar en Londres el fantástico Disillusion, del que os hablé ya en este espacio. En 1984 regraban en inglés este último y firman con ATCO, editando en los años siguientes Thunder in the east, Lightning strikes -también comentado aquí- y Hurricane eyes, los tres grabados en los Estados Unidos y –junto con Disillusion- mis cuatro preferidos de la banda, que por supuesto tengo en mi haber. Hasta ese momento, el line up estaba compuesto por Akira Takasaki a la guitarra, Minoru Niihara a las voces y una poderosa base rítmica formada por Masayoshi Yamashita al bajo y el malogrado Munetaka Higuchi a la batería. Sin embargo, en una de esas decisiones en las que la visión de negocio prevalece sobre otros valores más respetables, Minoru es echado del grupo con objeto de incorporar a un cantante anglófono que favoreciese su posición en el mercado norteamericano. Es entonces cuando Mike Vescera entra en Loudness para grabar Soldier of fortune –ese me falta- y este On the prowl que os presento hoy.
El track list era:
A
Down ‘n’ dirty
Playing games
Love toys
Never again, versión de Silent sword, cara B del EP Risky woman
Deadly player, versión de Lonely player del Devil soldier
Take it or leave it, versión de Milky way del Disillusion
B
Girl, versión del tema homónimo del Devil soldier
Long distance, versión de Long distance love del EP Jealousy
In the mirror, versión de In the mirror del The law of Devil’s land
Sleepless nights, versión de Sleepless nights del The law of Devil’s land
Find a way, versión de To be demon del The birthday eve
Grabado en los Long view farm studios con producción y mezclas de Mark Dearnley, On the prowl es el último coletazo de un grupo que metió la pata y cuyas ventas cayeron justo después de cambiar de vocalista con –precisamente- el objetivo contrario. Con clara vocación de entrega de compromiso para liquidar el contrato con ATCO, On the prowl tiene tres temas nuevos y ocho nuevas versiones de canciones antiguas de la banda.
Os acompaño los clips de las canciones que más me gustan del álbum, que no son otros que Never again, Deadly player, Take it or leave it, In the mirror y Find a way. Así es, en la lista no hay ni uno de los nuevos temas.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario