Amiguitos, quién me lo iba a decir cuando en 2009 vi a Jesús Franco recogiendo un Goya honorífico a sus 73 años -sentado en una silla de ruedas empujada por su fiel amor, Lina- cuando pensé que al realizador le quedaba poco tiempo de vida. Y mira por dónde, la que falleció hace hoy diez días en Málaga y víctima de un cáncer fue su compañera –y cónyuge finalmente desde 2008- Rosa María Almirall, más conocida por muchos de nosotros como Lina Romay.
Actriz nacida en Barcelona en 1954, debutó en el cine con 18 años a las órdenes de Jesús Franco –quien en esos momentos le doblaba la edad- con La maldición de Frankenstein iniciando una relación que daría pie al tándem creativo/sentimental más prolífico del cine español e incluso europeo de los 70 y 80. Bajo la dirección –sobre todo- de Franco o de otros directores como Juan Carlos Aured o Erwin C. Dietrich –con quien rodó Rolls Royce Baby, de la que ya os hablé hace poco más de tres años- Lina Romay se convirtió en una presencia constante en títulos de serie B low cost de terror, terror erótico, cintas S e incluso X en las que la actriz mostraba una naturalidad y desparpajo, además de una gran belleza alejada de artificios, que la hacían más que indicada para ese tipo de producciones en las que podía mostrarse tan ingénua como diabólica, divertida o sensual, rodando sin pudor –incluso a edades en las que otras actrices ocultan su cuerpo avergonzaldas- todo tipo de escenas subidas de tono o marcadamente pornográficas.
Piltrafillas, para muchos de nosotros se ha ido una estrella entrañable, una leyenda que –con casi doscientas películas en su haber- sin duda formará para siempre parte de la historia del cine, por mucho que algunos que se dicen cinéfilos no hayan visto ni una sóla de sus películas. Y quizás me equivoque, pero como podréis comprender Jesús Franco está abatido en estos momentos. Su musa, compañera, ayudante y amante ha muerto antes que él –algo que supongo que nunca imaginó que pasaría-, y dado su precario estado de salud me temo que no tardaré mucho en dedicarle una entrada homenaje.
1 comentario:
¿Quién diría que la ultima fotografía, ya con sus años y su mirar fue quien asaltó dogmas mentales en esa España que deseo no vuelva, es ella?
¡Macho!
¡Como nos zumba el tiempo!
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