La reseña de este domingo está dedicada a la película española El colegio de la muerte, la última que dirigió el almeriense Pedro Luis Ramírez. La historia que nos cuenta tiene lugar en 1899 en Londres –en realidad los exteriores se rodaron en Madrid y Toledo–, en una residencia para jovencitas sin familia dirigida por la misteriosa Miss Wilkins que las educa para entrar al servicio de familias de buena posición económica. Todas las chicas están enamoradas del Dr. Brown, el médico que regularmente les pasa consulta, en especial Leonore y su amiga Sylvia. Sobre el papel, la vida en la residencia es una bendición pero las tres reglas que rigen la institución son el silencio, la disciplina y la odediencia, algo para lo que la dirección –particularmente Miss Colson, subalterna de Wilkins– no duda en utilizar el castigo físico, sobre todo contra la rebelde Leonore, atisbándose cierta fijación malsana para con la joven. Una noche, Sylvia se traslada a un nuevo hogar para comenzar a trabajar, pero en realidad es llevada ante la consulta de un medico desfigurado que lobotomiza a las chicas de la residencia para convertirlas en juguetes sexuales sin voluntad al servicio de hombres ricos.
En fin piltrafillas, que aunque desde el principio se intuye la identidad del mad doctor protagonista, la escenografía, interpretaciones y ambientación resultan aceptables y la pelicula me ha parecido bastante entretenida. Eso sí, uno ha echado en falta algo más de erotismo y sangre, el argumento daba para ello. Y en el ámbito de sus protagonistas encontramos a Norma Kastel, el uruguayo Carlos Mendy, el norteamericano Dean Selmier, la madrileña Victoria Vera en su debut cinematográfico y Sandra Mozarowsky, la hija de diplomático ruso que desde corta edad inició carrera en el cine y la televisión y que tuvo una extraña muerte rodeada de misterio que hay quien relaciona con Juan Carlos I.
Si os interesa, os recomiendo la
entrada
que publiqué hace unos años sobre el tema.
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