Alyce

Y mi última elección ha sido un thriller de terror psicológico titulado Alyce, cinta norteamericana protagonizada por una tal Jade Dornfeld que borda el papel de mujer desquiciada. El argumento nos cuenta como la protagonista –una joven normal y corriente, sin pareja y con un trabajo anodino, sin futuro y con una jefa de departamento claramente hostil-, tras pasar una noche bebiendo y tomando otras sustancias con su mejor amiga –Carroll, un nombre que junto al de Alyce nos traslada indudablemente al país de las maravillas- después de enterarse esta última de que su novio la estaba engañando, la empuja accidentalmente desde una azotea. A partir de ese instante, la mente de Alyce se rompe y su vida entra en una espiral de sexo y drogas en la que la obsesión por la culpa y las alucinaciones que la persiguen en ese nuevo mundo irreal creado por su cerebro cada vez más enfermo la sumen –a ella y a los pobres desgraciados con los que tiene contacto- en un ambiente oscuro y violento.

La verdad es que no esperaba que Alyce me fuese a gustar demasiado –de hecho, he estado a punto de ver una japonesa de Sion Sono que al final he dejado para otra ocasión-, pero ahora que la he visto debo deciros que me alegro moderadamente de ello. La fotografía me ha parecido bastante buena y aunque abusa de la penumbra y la oscuridad, esta resulta efectiva para resaltar la ausencia de lucidez de la existencia de Alyce. Sin embargo, aunque la recomiendo sinceramente a los que seáis amantes del horror gore, el desarrollo es algo lento para mi gusto y aunque se arregla con un final a lo bestia –bastante previsible por otra parte- es en mi opinión otro producto en el que el atractivo visual e interpretativo prima sobre la originalidad de la historia. Definitivamente este no ha sido el fin de semana de la acción trepidante amiguitos.