Mi segunda propuesta de hoy –que comencé a ver mientras disfrutaba de una copa de licor de hierbas bien frío- es todo un clásico del cine de posesiones de los 80, ni más ni menos que El Ente, otra cinta pretendidamente basada en hechos reales -dirigida por Sidney J. Furie y protagonizada por Barbara Hershey- que nos cuenta la historia de Carla Moran, una mujer a la que una presencia invisible –acaso un espíritu demoníaco- viola y ataca en varias ocasiones mientras está en el baño o en su cama, e incluso la acompaña mientras conduce. Cuando pide ayuda a un psiquiatra, este cree que lo que le está ocurriendo a Carla es un caso de alucinaciones y lesiones autoinfligidas causadas por un trauma infantil –creció en un hogar marcado por una fuerte religiosidad-, lo que le hace padecer erotofobia.
Piltrafillas, hay pocas películas de posesiones satánicas que me pongan nervioso. La mayoría de las que he visto y me han gustado –obviando la mítica El exorcista a la que tengo en un pedestal- lo han hecho por su acción y por la espectacularidad de los efectos especiales. Pero en esta El ente no hay ni lo uno ni lo otro y lo que siempre me ha turbado de ella es precisamente la falta de espectáculo y fuegos de artificio, la violencia de los ataques y –sobre todo- que nadie cree a la pobre Clara y que esta, además de ser una víctima, se siente culpable por ello y es tratada como una enferma psíquica... hasta que unos parapsicólogos aceptan ayudarla. Poco más hay que decir de una película que seguramente pocos tenemos entre nuestras mejores cintas de la historia, pero que merece un sitio entre las obras imperdibles del cine de terror ochentero ¿no creéis?
3 comentarios:
Fíjese que creo hasta haberla visto, pero creo tener un recuerdo vago de penosa cinta -malamente hecha- y de sobresalto...
En el cine al que iba cuando era un criajo hacían sesiones dobles, primero ponían la película "buena" y conocida y luego ponían una de relleno. Esta era de las de relleno, aunque no recuerdo a cual acompañaba todavía recuerdo la mano invisible apretando la teta. Curiosamente muchas veces te dejaba más poso la de relleno que la buena, aunque otras era un truño de considerables dimensiones. Como relleno recuerdo haber visto entre otras "Blow Out" de Brian de Palma.
Después del tostón nostálgico, decir que creo que lo que da mal rollo de esta película es precisamente que no se trata de una posesión tipo el exorcista en la que el poseído pierde el control sobre su cuerpo y su mente. Aquí un ente invisible ataca a una mujer totalmente consciente de lo que está pasando y que no puede hacer nada para impedirlo.
Pues sí, una película notable, precisamente por esa falta de fuegos artificiales, cosa que la hace más creíble. Una película sin las trampas acostumbradas en muchas de las pelis de "terror", que suelen tomarnos por imbéciles. Ha valido la pena re-verla.
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