Piltrafillas, esto del régimen es una puñetera tortura. Por una parte debería estar contento ya que en un par de meses he perdido más de diez kilos, pero por otra no puedo olvidar que medir un metro ochenta y cinco y pesar ciento veintitrés kilos es estar gordo como un tonel. Pero lo que de verdad me siento es cansado, cansado de comer sano -estoy harto de pollo a la plancha, conejo a la plancha, pescado a la plancha, bistec a la plancha, ensaladitas y fruta- y mucho más cansado aún de sentirme culpable si me salto la dieta algún día. Total, que voy a continuar con esto, pero os confieso que cada vez me cuesta más. La rutina alimenticia me está matando.
domingo, 25 de octubre de 2009
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