Y de este hombre, ¿qué me decís de él? Apuesto a que es imposible que desconozcáis su obra. Se trata del pintor, dibujante y escultor colombiano Fernando Botero. Si decían –lo he leído en alguna parte, os lo juro- que El Greco pintaba a sus figuras alargadas porque tenía un problema en la vista, lo de Botero debe ser una deficiencia parecida pero a la inversa.
A finales de los 40 realiza en Bogotá su primera exposición individual y a principios de los 50 viene a España en donde –veis, eso no lo sabía- asiste al Museo del Prado como copista de Velázquez y Goya. A partir de ahí, recorre Francia, Italia, México, Estados Unidos...., siempre estudiando y realizando exposiciones, hasta que en 1973 fija su residencia en París.
A finales de los 40 realiza en Bogotá su primera exposición individual y a principios de los 50 viene a España en donde –veis, eso no lo sabía- asiste al Museo del Prado como copista de Velázquez y Goya. A partir de ahí, recorre Francia, Italia, México, Estados Unidos...., siempre estudiando y realizando exposiciones, hasta que en 1973 fija su residencia en París.
Su estilo es personalísimo, con figuras enormes, gordas, obesas, tanto en su obra pictórica como en sus esculturas, igual de voluptuosas. Si sois barceloneses podéis encontraros con ejemplos de su Arte en el barrio del Raval –un enorme gato- o el aeropuerto de El Prat, en donde hace años que su caballo da la bienvenida –o despide- a los viajeros.
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