PeTA

Amiguitos, esta mañana mi mente absurda se ha decidido por hacerme reflexionar sobre un tema que seguramente no tiene la menor importancia y, además –y hoy menos que nunca- no le interesa a nadie. ¿De qué va a hablarnos éste ahora?, os preguntaréis. Pues de PeTA, y más concretamente de sus campañas.
Sí piltrafillas, esa organización internacional denominada Personas por la ética en el trato a los animales. No me digáis que nunca habéis oído hablar de ellos. Se trata de una asociación fundada en 1980 que dice que se dedica a “establecer y proteger los derechos de los animales, ya que creemos que nos son nuestros para comer, vestirnos, experimentar o ser utilizados con fines de entretenimiento”.
Hombre, yo estoy de acuerdo con que no se torture a los animales por el mero hecho de hacerlo, pero de ahí a prohibir los chuletones de buey ¡hasta ahí podríamos llegar! Es decir, que debemos comer lechugas y acelgas –que también son seres vivos que yo sepa-, pero enviar a la miseria a los dueños de granjas ovinas, porcinas, vacunas....
Eso hasta que aparezca un nuevo grupo de iluminados con el apoyo de estrellas de cine que no tienen nada mejor que hacer que se podría llamar PeTV –o sea, Personas por la ética en el trato a los vegetales- que nos obligue a comernos las uñas o las piedras del camino, que dicen que tienen muchos minerales. Por otro lado PeTA aboga por el uso del lino y el algodón, pero no aprueba el cuero ni, atención piltrafillas ¡la lana!. Por último esta gente está en contra del uso de animales para la experimentación, por ejemplo, de nuevos medicamentos. ¡Bravo!, buena idea. ¿Y qué se supone que debemos hacer, tragarnos medicinas sin testar y esperar a curarnos o a morirnos? A lo mejor es que les gustaría más que se experimentase con algunos niños de África –total, van a palmarla igual- o mendigos sin hogar a los que nadie echará en falta.

Bueno amiguitos, ya veis que no me caen muy bien estas personas. Lo peor de todo es que todo el dinero que reciben no se sabe muy bien hacia donde va ya que, como toda organización de este tipo, no es suficientemente transparente en su gestión ni se sabe con exactitud quien está detrás de todo o a quien benefician realmente sus actividades. De momento han sido capaces de obligar a la todopoderosa Coca-Cola a dejar de sufragar el espectáculo del Circo, con el cual siempre había estado relacionada, y se encuentran en medio de una campaña contra Kentucky Fried Chicken, empresa que dice que tortura a los pollos. Con todos los respetos amiguitos, los pollos, ¡a quien coño le importa si le duele que le corten las patas a un pollo que nos vamos a comer mientras existen niños torturados, violados y desnutridos en el mundo!, ¿no sería mejor dedicar recursos humanos y económicos a atajar esas lacras y no a los derechos de los hamsters?

Pero no piltrafillas, todo esto –un preámbulo para lo que de verdad me ha hecho escribir este articulillo- no es lo que esta mañana se me ha ocurrido, no. Lo que de verdad me ha sobrevenido al pensamiento, cual revelación Mariana, ha sido lo siguiente. ¿Os habéis fijado alguna vez en las campañas publicitarias de PeTA? Yo os adjunto unas cuantas por si acaso no sabéis a qué me refiero. Hablan de no vestir abrigos de visón, de no utilizar conejos en laboratorios de empresas de cosmética... mensajes, en principio, destinados a la mujer ¿no es así? Entonces amiguitos, ¿podéis decirme por qué las campañas de esta organización parecen posters de MAX o FHM? ¿Es que las actrices y modelos que defienden los derechos de los visones o las terneras no tienen reparos en perder la dignidad al prestarse a ser un mero objeto de reclamo? Eso es exactamente lo que hoy –vigilia del Gran Premio de Brasil de automovilismo- se me ha ocurrido, ¿a quienes están realmente dirigidas las campañas de PeTA?, ¿qué objetivo persiguen en realidad?, ¿quienes o qué se encuentra detrás de todo ello? ¿van a dejar de venderme chuletas de ternera en el supermercado? Y algo que quizás no se ha preguntado nadie, ¿por qué a los de PeTA no parece interesarles los derechos de la merluza?