Amiguitos, ¡qué calor hace hoy!. Por eso os voy a dar una receta típicamente estival, al menos en su ingrediente protagonista. Piltrafillas ociosos, hoy toca Tartaleta de sandía con nata y chocolate.
Es muy importante que la sandía que hayamos comprado sea gustosa, sabrosa, con profundo olor y sabor a sandía. Parece una estupidez remarcarlo, pero es que en lo que va de verano aún no he conseguido comerme una que no sea una insípida mezcla de tejido vegetal acuoso, refrescante pero aburrida y poco atractiva. En fin, a lo que íbamos.
Es muy importante que la sandía que hayamos comprado sea gustosa, sabrosa, con profundo olor y sabor a sandía. Parece una estupidez remarcarlo, pero es que en lo que va de verano aún no he conseguido comerme una que no sea una insípida mezcla de tejido vegetal acuoso, refrescante pero aburrida y poco atractiva. En fin, a lo que íbamos.
Paso 1 Comprar tartaletas de esas que venden para postres, de un tamaño grande.
Paso 2 Abrir la sandía y ponerla unas horas en en congelador.
Paso 3 Batir nata con azúcar glas y canela en polvo (la receta original decía esencia de vainilla, pero yo no tenía ganas de ir a comprar), y rellenar las tartaletas con la crema. Ponerlas en la nevera.
Paso 4 Derretir al baño maría chocolate negro de cobertura con un poco de nata y una cucharada de brandy. También se puede hacer en el microondas.
Paso 5 Sacar la sandía de congelador y con una cucharilla, rascar la pulpa con cuidado de no coger pepitas y disponerla sobre la nata en cada tartaleta. Quedará como un granizado. Sobre la sandía picada echaremos la cobertura de chocolate, que debe estar templada (es decir, no muy caliente para que no se deshaga el granizado de inmediato). Y, por cierto, no me diréis que en esta ocasión la imagen no es alusiva a la receta.
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