Amiguitos, un domingo más toca escribir mi acostumbrada reseña cinematográfica y hoy os quiero hablar de R.O.T.O.R. –también conocida como Blue Steel–, una película de ciencia ficción dirigida y coproducida por Cullen Blaine, basada en una historia escrita por él mismo. Protagonizada por Richard Gesswein –que también aparece como coproductor– y Jayne Smith, entre otros intérpretes igualmente deleznables, la cinta se inicia con una pareja que –tras escuchar una explosión– encuentra al capitán Coldyron de la policía de Dallas malherido junto a una mujer. Es entonces cuando se nos cuenta que el agente era el responsable de un departamento de robótica policial que estaba desarrollando un prototipo para luchar contra el crimen. Y es que las calles de Dallas estaban pobladas de delincuentes y camellos, se producían asesinatos, robos, violaciones... y por eso se decidió poner en marcha el proyecto R.O.T.O.R. –iniciales de Robotic Officer Tactical Operation Research– para poner un poco de orden. Sin embargo, los intereses políticos de un senador hacen que el superior de Coldyron decida poner en funcionamiento el agente robótico cuando aún faltán unos cuatro años para que el primer prototipo pueda estar operativo. Como era de esperar, no es una buena idea.
domingo, 30 de junio de 2019
R.O.T.O.R. aka Blue Steel (1987)
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