Siguiendo con nuestro largo paseo –ya habréis notado que a nosotros nos va más callejear que coger transporte público, lo que supone una tortura para nuestros pies y piernas pero nos aporta un conocimiento más profundo de las ciudades que visitamos– fuimos hasta el Boulevard Haussmann para visitar las Galeries Lafayette y admirar su gran cúpula acristalada modernista. Tras recorrer los bulevares Haussmann, Montmartre –donde nos tomamos unos fabulosos glaces artesanos– y Poissonnière, torcimos por el de Sébastopol hasta llegar –cruzando de nuevo la Cité– a la Place Saint-Michel y su preciosa fuente con columnas de mármol rojo que los parisinos toman como su particular Fontana di Trevi.
Y después de un merecido descanso en el hotel, a través de la Rue Saint-Jacques iniciamos camino a pie hasta la Tour Montparnasse, donde disfrutamos de unas estupendas y caras vistas antes de –ahora sí– regresar cansados en metro al Quartier Latin, poniendo el punto final a nuestro segundo día.
1 comentario:
Me quedo con la de la noria, colega. Muy chuli.
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