La primera reseña del día se la dedico hoy a Female teacher hunting, película japonesa protagonizada por Yuki Kazamatsuri que nos cuenta como en el instituto Shimazaki los alumnos y el profesorado están a punto de comenzar las vacaciones de verano. Sin embargo, un hallazgo va a enturbiar ese día de ilusión: esa misma mañana ha sido encontrado en la piscina el uniforme de la alumna Midori Murakami. Y eso no es todo, una llamada anónima ha acusado a Daisuke Kuriyama de haberla violado. Cuando su maestra le pide explicaciones, Daisuke reacciona con violencia y abandona el instituto, no sin antes hacerle saber a Midori que la culpa de haber extendido ese bulo. El chico deja la ciudad y llega de noche a una localidad costera en la que unos borrachos le asaltan. El dueño de un bar y su esposa le acogen, curando sus heridas y haciéndole partícipe de sus juegos sexuales. Más tarde veremos como la maestra Shimako Sakatani pretende pasar sus vacaciones con su amante en una casita frente a la playa. Sin embargo, Ichiro debe regresar apresuradamente a Tokyo para que su esposa no sospeche de él por lo que Shimako tendrá que quedarse sola el resto del verano. Lo que no imagina es que el pueblecito en el que está es el mismo al que ha ido a parar Daisuke, que volcará su frustración en ella.
Dirigida por Junichi Suzuki en 1982, Female teacher hunting es otra cinta de la productora Nikkatsu por lo que –como ya os he comentado en alguna ocasión anterior– estamos ante pinku eiga de calidad, con guiones trabajados e interpretaciones notables, todo ello aderezado con varias escenas softcore que –sin embargo- no son lo más importante de la cinta, algo que no siempre ocurre con exponentes de este genero. En este caso lo importante es constatar que –además de un serio roblema de pedofilia latente en lo más hondo de la personalidad de los japoneses-, la inferioridad sexual de la mujer así como la impunidad de las vejaciones cometidas contra ellas era flagrante en los 80 y me temo que en la actualidad también. De todas la violaciones que se dan en la película, amiguitos, no sólo ninguna tiene castigo sino que sus víctimas las aceptan con resignación o incluso indiferencia. En fin piltrafillas, una más que recomendable peliculilla que a lo mejor resulta más profunda de lo que a simple vista parece, aunque solo sea como material para un estudio sociológico de lo que pasa por la cabeza de los japoneses. Esa obsesión por las colegialas no puede ser buena.
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