Posteriormente nos trasladamos hasta Andorra, en donde me zampé unos calçots –cosas de la globalización gastronómica, del Alt Camp a los Pirineos- con romesco y un filete de ternera con verduritas y patatas rematado por un coulant de chocolate con helado de vainilla y un cafelito, como un señor. Luego, a caminar por las calles de la capital para bajar la comida hasta la hora de regresar (por cierto, a una celebración de cumpleaños, con pastel, bocadillos, cervecitas, cava y cubatas).
Total, que como es natural –además de los kilos extra que me he llevado este fin de semana, con lo que me cuesta perderlos- aquí tenéis el habitual documentográfico.
3 comentarios:
Nunca he estado en los Pirineos. Lo mismo este veranete hacemos una escapada por aquella zona, a ver Románico.
Bueno, los Pirineos van desde la Costa Brava hasta la Vall d'Aran. Quiero decir que, para ver románico -supongo que se refiere a la Vall de Boí- hay que ir a la Alta Ribagorça. Yo no he estado nunca por ahí. Todas las comarcas de alrededor sí. Que extraño ¿no?
Saludos.
Sí, me refería en concreto a ese lugar. Siempre he querido patear los parajes de ese románico. Ya veremos.
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