Inicio el día con el escultor madrileño Eugenio Merino, un artista provocador que después de licenciarse en Bellas Artes en la Complutense y perfeccionar su técnica con un técnico en efectos especiales, se dio a conocer en la feria ARCO de hace unos años con Escalera al cielo. En la pasada edición volvió a generar polémica su Always Franco, con una escultura de poliéster del dictador metida en un frigorífico con los colores de la Coca-Cola. Sorprendente.
5 comentarios:
Cómo mola la primera!
Cada vez tengo más claro que la provocación está en en quien lo ve más que en quien lo hace...
Sí, pero hay temas en los que ya se sabe de antemano que ciertos colectivos encontrarán provocativos.
A mi me da igual, pero a los fachas no les debe hacer ninguna gracia lo de Franco en la nevera. Tampoco me molestó lo de las tres religiones, pero seguro que a algún allatolah o a algún rabino ortodoxo les tocaría los huevos.
Es como si un día fabrica un cerdo y le pone barretina o txapela... o sombrero cordobés. A la mayoría no les dirá nada, pero encontrará reacciones adversas seguro.
La diferencia entre el insulto y la provocación es que tenga una idea detrás. La que hay en esta escultura de Franco creo que es clara y además muy real.
Ya, pero si yo veo a Freddie Mercury en una nevera, no me provoca... igual no me hace mucha gracia y paso de ello, pero no monto el show de la Fundación Franco.
Es una obra sugerente y divertida, aunque por momentos me parece estar viendo un dibujo de un humorista gráfico convertido en escultura.
Lo que no se le puede negar es que incita al debate. Es curioso el tema de lo que es provocativo. Cuando decimos que algo lo es, suele ser algo que realmente para nosotros no lo es pero creemos que lo será para alguien. Me voy a intentar explicar, la escalera de religiosos o Franco en la nevera aunque los pueda considerar provocativos realmente a mí no me provocan, pero te frotas las manos diciendo ya verás los fachas como se ponen por esto.
Para que te ofenda Bin laden/Tony Manero tienes que ser de Al Qaeda o tener una bola de espejos en un altar.
De los primeros aún hay, de los segundos creo que ya no quedan je je.
Gracias a ambos por comentar.
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