Amiguitos, ya sé que soy alguien con suerte por tener –todavía- un sitio al que ir mañana a ganarme el pan, pero tampoco es cuestión de ir pidiendo perdón por ello continuamente. Y ¿qué queréis?, soy humano y me jode que se me hayan acabado las vacaciones. Me jode volver a la rutina de los horarios, a madrugar, a someterme a la disciplina de mis jefes, a no dedicar el día a disfrutar de la compañía de los míos... o a tocarme los huevos sin más. Por eso lloro. Pero no me hagáis caso, mañana será otro día.
domingo, 29 de julio de 2012
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2 comentarios:
Yo le entiendo perfectamente, soy de esas que tiene depresiones post-vacacionales.
Yo la tengo hoy. Mañana no me va a dar tiempo con lo que me voy a encontrar en la mesa.
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