Bankia

Amiguitos, el otro día decía que no sabía si tomarme en serio o a cachondeo el auge de los neonazis de Amanecer Dorado tras la elecciones en Grecia. La verdad es que –al lado de esto- me la trae al pairo lo que aquellos tarados hagan. Con su pan se lo coman los griegos, oiga, que por algo los han votado. Lo que de verdad me tiene cabreado es lo de Bankia. Resulta que cuando un banco tiene beneficios, se reparten dividendos entre sus accionistas. Ah señores, pero si han falseado las cuentas y tienen un agujero de cojones, entonces se inyecta dinero público. Ya sé, ya sé, lo que el Gobierno dice que va a hacer no es eso, sino nacionalizar la entidad. Pero todos sabemos que al final vamos a pagar el pato todos. Y ahora dicen algunos que la culpa es de Zapatero, cuando todos sabemos que Cajamadrid era la caja de ahorros del PP -¿ya nadie se acuerda de cuando Aguirre obligó a la entidad a convertirse en uno de los máximos accionistas de ENDESA disputando el puesto a “la Caixa” para que la empresa no se trasladase fuera del territorio nacional?, y luego dicen que los separatistas somos los catalanes- ¿y que Bancaja –la culpable del agujero actual de Bankia- era la caja de ahorros de los Pacocamps, Ritabarberás y demás jerifaltes del PP de intachable ética?. Pues bien, resulta que en un momento dado, esa especie de caramelo tóxico que era Bankia estuvo en el punto de mira de CaixaBank, cuando aún ni era CaixaBank. Pero claro, eso de compartir presidencia con Isidre Fainé o que la central de la entidad resultante estuviese en Polonia –es decir, Barcelona- les hacía salir sarpullido a Aguirre y Rato. Y no es algo que divulgue la prensa catalana para intoxicar, no. En los círculos periodísticos financieros de la capital y en el ámbito de las dos entidades se conoce perfectamente la realidad.

Así que al final, Bankia debe ser intervenida, la imagen que se ha dado internacionalmente ha agravado aún más –si cabe- la falta de confianza de los inversores y Rodriguito se va de rositas cobrando más de un millón de euros de indemnización. Es decir, que se va porque quiere, nadie le pide responsabilidades y además se lleva una pasta gansa. Mañana le voy a decir a mi Director General que me piro, a ver si me caen unos millones.

Pero eso no es todo. La entidad necesitando ayudas públicas, el presidente saliente -por cierto, del PP- llevándoselo calentito... y el presidente entrante –José Ignacio Goirigolzarri-, que es un pobre hombre que no tiene donde caerse muerto después de pactar con el BBVA una pensión de poco más de 52 millones de euros, se hace cargo de la patata caliente y cobrará –como si no tuviese bastante, el avaricioso de los cojones- 600.000 euros al año para decidir a cuantos empleados abnegados echa a la calle en aras del saneamiento. Pero si hasta hay quien ha dicho que –pobrecito- se ha metido en esto por ayudar, porque no necesita dinero para vivir.

Mientras, Mariano y Soraya calladitos. Panda de chorizos. Por eso os digo que lo de Amanecer Dorado que tanto me llamaba la atención el otro día, hoy me pilla lejos.