Y la otra cinta que he visto es Horsemen, que nos presenta la historia del detective Aidan Breslin que en el transcurso de una investigación descubre escenarios en los que han tenido lugar unos horribles asesinatos donde las víctimas han sido torturadas. Los cadáveres se encuentran en suspensión –colgados por anzuelos, como Richard Harris en Un hombre llamado Caballo- y junto a ellos siempre se encuentra un letrero que dice come and see, ven y mira. Por si el caso no fuese suficientemente agobiante para Breslin –cuyo trabajo absorbente le aleja cada vez más de sus hijos-, está a punto de celebrarse lo que sería el aniversario de su esposa, de no ser porque esta ha fallecido recientemente. Amiguitos, os anuncio que con el segundo cadáver ya se aprecia un nexo de unión –atención a los colgantes- pero no es hasta un par de días después que a Breslin no se le ocurre lo que los espectadores ya hemos advertido aunque –exceptuando frikis o teólogos- no hemos sabido identificar. Resulta que todo el caso está relacionado con asesinatos rituales basados en el Libro del Apocalipsis y sus conocidos cuatro jinetes, los Horsemen del título.
Película de suspense, con asesinatos cargados de sadismo, trasfondo religioso –inevitable la breve aparición en la trama del típico sacerdote que asesora al policía- e investigación concienzuda y a contrarreloj con protagonista traumatizado y de vida familiar compleja. Por cierto, que en nuestro mundo actual no podía faltar un guiño a las redes sociales con soporte por internet. En fin, que Horsemen no es precisamente muy original, no es una gran película, pero –quizás ha ayudado que la haya visto en versión original- el trabajo de Dennis Quaid resulta convincente, la realización mantiene el ritmo y la fotografía me ha gustado mucho. Es verdad que el giro final se intuye –es que está cantado- desde la mitad de la cinta, pero a lo mejor no todos os dedicáis como yo a intentar destripar argumentos mientras veis una cinta por lo que os la recomiendo sin reservas como un producto más que indicado para disfrutar con palomitas y compañía la tarde de un sábado o domingo. En resumen amiguitos, come and see.
Película de suspense, con asesinatos cargados de sadismo, trasfondo religioso –inevitable la breve aparición en la trama del típico sacerdote que asesora al policía- e investigación concienzuda y a contrarreloj con protagonista traumatizado y de vida familiar compleja. Por cierto, que en nuestro mundo actual no podía faltar un guiño a las redes sociales con soporte por internet. En fin, que Horsemen no es precisamente muy original, no es una gran película, pero –quizás ha ayudado que la haya visto en versión original- el trabajo de Dennis Quaid resulta convincente, la realización mantiene el ritmo y la fotografía me ha gustado mucho. Es verdad que el giro final se intuye –es que está cantado- desde la mitad de la cinta, pero a lo mejor no todos os dedicáis como yo a intentar destripar argumentos mientras veis una cinta por lo que os la recomiendo sin reservas como un producto más que indicado para disfrutar con palomitas y compañía la tarde de un sábado o domingo. En resumen amiguitos, come and see.
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