Amiguitos, hoy os quiero presentar no a un automóvil en concreto sino a una firma en general. De nuevo, aunque me considero un amante de los coches y conocedor de las marcas de automoción desde mi infancia, debo admitir que no tenía ni idea de la existencia de esta... aunque evidentemente ya conocía al último modelo del que os hablaré sin saber de su verdadero origen.
Me estoy refiriendo a ISO Motor Italia, compañía italiana fundada a principios de los 50 por Iso Rivolta que inició su producción con motocicletas y scooters, pasó al mundo de los microcoches y desde los años 60 hasta finales de los 70 fabricó deportivos con motores Chevrolet y carrocerías diseñadas por Bertone o Ghia. Bonitos modelos como el Grifo o el S4 salieron de su factoria, pero si uno de los productos de ISO destaca por encima de todos ese no es otro que el Isetta, un microcoche del que fabricó 1.000 unidades pero licenció para otras marcas, como Romi en Brasil o Velam en Francia –que sacaron al mercado entre 3.000 y 5.000 unidades respectivamente- y BMW, la marca que dio al Isetta su proyección mundial –de hecho, como he expresado al inicio de la entrada, yo ya sabía que ese coche con forma de huevo lo había comercializado la firma alemana aunque desconocía su origen- ya que construyó más de 135.000 unidades.
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