Martyrs

Y siendo Semana Santa, parece que era casi obligado disfrutar de la sangre y la tortura desde un punto de vista religioso. Así pues, ya que en mi vida he visto muchas veces las interpretaciones que diversos realizadores han hecho del Via Crucis, el Viernes Santo me decanté por escoger una cinta algo más actual. Mi elección fue Martyrs, segunda obra del francés Pascal Laugier que cuando fue presentada en Cannes causó revuelo, escándalo y –ese era el objetivo- publicidad para la película. Todo ello propició que al ser exhibida en Sitges el año pasado –en donde tuvieron la previsión de apostar ambulancias en el exterior de la sala en la que se proyectaba- hubiese lleno absoluto. Y, bueno amiguitos ¿qué os puedo contar de Martyrs?, pues que –como era de esperar- no había para tanto, pero que me ha gustado bastante. El propio director había dicho de ella que era brutal y que no era fácil que gustase al público. Lo cierto es que en realidad es violenta y desagradable en alguno momentos, pero no más que muchas de las cintas gore que se estrenan cada año.

La película comienza con una pequeña Lucie escapando de su cautiverio. Al parecer ha estado secuestrada en una fábrica abandonada en donde la han torturado salvajemente. La niña, que arrastra un trauma que le impide hablar, es internada en un hospital psiquiátrico en el que –con el paso de los años- sólo entablará amistad con una tal Anna, otra de las niñas que allí están. Pero entonces vemos como la acción salta 15 años hacia delante y nos encontramos a Lucie presentándose armada con una escopeta en casa de una familia aparentemente normal. Todo tiene relación con un grupo de sádicos que llevan años torturando a jóvenes para conducirlas al borde de la muerte y que puedan explicar lo que hay al otro lado. En fin piltrafillas, gore francés con un argumento original, un buen trabajo de actores –sobre todo el de las dos jóvenes protagonistas- y una música que acompaña perfectamente el desarrollo de la historia. Esta sí que os la recomiendo.