La primera película de la que os hablaré es Lady Dracula, cinta que se inicia con una escena ya clásica en la filmografía de Jesús Franco y su inseparable musa y compañera Lina Romay –alias de la catalana Rosa Maria Almirall- en el que vemos a la protagonista emergiendo entre la niebla en su papel de condesa Karlstein, vestida sucintamente –es un decir- con botas, capa y cinturón. Pronto nos enteraremos de que la misteriosa mujer es una especie de vampira, como esas que chupan la sangre de sus víctimas. Lo que ocurre es que, en este caso, a la condesa le gusta chupar otro tipo de fluidos de sus víctimas masculinas. Película de horrorporn dirigida por J.P.Johnson -otro de los innumerables alias del Tío Jess- de la que existen un montón de versiones y montajes de diversa duración –unos centrados en el terror, otros en el erotismo y la versión que he visto, que cuenta con escenas añadidas de primeros planos totalmente hardcore de felaciones o cunninlingus- con títulos como Erotikill, Les avaleules, La comtesse noire, Female vampire o El ataque de las vampiras además del citado Lady Dracula.
Piltrafillas, la historia comienza con la condesa dejando seco a un pobre granjero que antes de morir emite un grito angustioso, grito que es escuchado por un escritor austríaco obsesionado por los vampiros que descansa en su hotel –aparentemente- muy lejos de donde ocurre la horrible escena. En fin amiguitos, cosas de los argumentos frikis y a veces inexplicables del gran Jesús Franco. Luego vemos que la condesa se hospeda en el mismo hotel que el escritor y que una periodista quiere entrevistarla –aunque la vampira es muda, puede responder a las respuestas con asentimientos o negaciones de cabeza- para escribir un artículo que se publicará en diversos periódicos y magazines. La verdad amiguitos es que será la condesa la que –como era de esperar- sacará lo mejor de la periodista. Todo muy casposo y friki, como podéis imaginar. Pero la cosa no acaba ahí. Además del escritor extrañamente conectado a nivel mental con la vampira sexual Irina Karlstein, también aparece en la película el propio realizador en el papel de un extraño Dr. Roberts que sigue la pista de los crímenes cometidos por vampiros para acabar con estos, una especie de Van Helsing cutre amiguitos. Y bueno, eso es lo que me ha parecido entender, porque la que he visto ha sido la versión alemana y, bueno, dejado a un lado que esa es la nacionalidad de uno de mis cuñados y un par de sobrinas, tengo poca o nula relación con el idioma. En fin, más de lo mismo de la mano de nuestro personalísimo Jesús Franco, otra de esas historias que en apariencia son banales –pura basura simpática y entrañable, vamos- pero que seguro que tienen una profunda explicación metafísica que a los simples mortales se nos escapa. No es una de sus obras más logradas.
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