A punto de cruzar el ecuador de la semana, os traigo al norteamericano Nathan Lerner, un fotógrafo de Chicago hijo de emigrantes ucranianos que estudió pintura y fotografía en sus años de formación. Con veintipocos años ya se dedicaba a la fotografía documental y poco después, por mediación del escultor vanguardista ucraniano Oleksandr Arjípenko, entró en la New Bauhaus de Chicago, donde realizó múltiples experimentos de fotografía, iluminación y revelado. Más tarde trabajó como asistente del pintor y fotógrafo Gyorgy Kepes y luego junto a Charles Niedringhaus desarrollando una máquina para hacer muebles de madera contrachapada en el Institute of Design de Chicago.
Tras un corto período en Nueva York trabajando para la US Navy como experto en iluminación, Lerner regreso al Institute of Design donde fue nombrado decano y director del taller. Sin embargo, con 36 años, abandonó su trabajo y abrió su propio estudio de diseño aplicado a los objetos de uso cotidiano. A los 55 años se casó con la pianista Kiyoko Asai, quien le hizo descubrir y amar Japón y comenzar a experimentar con el color por primera vez en sus fotografías. Como veis, yo me he centrado en sus etapas previas en riguroso blanco y negro.
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