Pues sí, hoy os hablaré un poco –tampoco es que haya demasiado que contar– de Halloween, la de este año. Dirigida por David Gordon Green –de quien ya pasó por aquí su Joe–, Jamie Lee Curtis retoma el personaje de Laurie Strode cuarenta años justos después de su primera aparición para dar carpetazo a la saga iniciada por John Carpenter, que en esta ocasión ejerce junto a Jamie Lee de productor ejecutivo. Con Will Patton como secundario de lujo y Nick Castle haciendo de nuevo de Michael Myers enmascarado, en esta entrega se cierra el círculo tras numerosas secuelas y reboots y –definitivamente– se pone fin a la vida de un Myers ya maduro que consigue escapar del centro de alta seguridad para criminales psicópatas en el que se encuentra. Sin embargo, comete el error de regresar al pueblo en el que todo comenzó y en el que ahora viven la hija y la nieta de Laurie, a estas alturas una señora entrada en años que lleva décadas acaparando un arsenal y entrenándose para acabar a la primera oportunidad con el criminal que a punto estuvo de matarla.
En fin amiguitos, que esta Halloween no es que sea original, tampoco una gran película que destaque por los efectos especiales o la interpretación de sus protagonistas, pero tiene una pátina –supongo que deliberada– que recuerda el espíritu de la original. Es como si después de la estrenada en el 78 no hayan existido más títulos dedicados a Myers y se haya retomado la historia muchos años después, con aquel “Como decíamos ayer” de Fray Luis de León para poner el epílogo a la historia. Sinceramente, la veo recomendada para nostálgicos pero poco más.
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