Amiguitos, ayer me dio por estar parte de la tarde con mi mujer –después del paso por un restaurante griego– al amparo del aire acondicionado de una sala comercial, mientras disfrutaba de un rato entretenido viendo Jurassic World: el reino caído. Protagonizada por Chris Pratt y Bryce Dallas Howard con el aporte fresco de Daniella Pineda, Justice Smith y la niña Isabella Sermon, para quien todavía no lo sepa a estas alturas os diré que nos cuenta como Claire Dearing –la gerente del parque hasta que se clausuró después de los sucesos narrados en la entrega de 2015 (ver aquí)– intenta sin demasiado éxito que el Gobierno otorgue fondos para salvar a los dinosaurios de la isla Nublar, ahora que un volcán en erupción amenaza con acabar con todos ellos. Por eso, cuando desde el entorno de Benjamin Lockwood –el científico que junto a John Hammond clonó al primer dinosaurio que dio origen al Parque Jurásico– se le ofrece a Claire la oportunidad de participar en una expdición de salvamento, esta no lo piensa dos veces y pone su empeño en convencer a un retirado Owen Grady para que la acompañe. Sin embargo, después de la primera escena y a poco que se hayan visto los tráilers de la cinta –y porque tampoco tiene nada de original, no nos engañemos–, cualquiera puede imaginar que el verdadero interés de los organizadores de la operación es menos altruista y dino friendly.
domingo, 1 de julio de 2018
Jurassic World: El reino caído (2018)
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