Amiguitos, hace más de dos años que un buen día apareció en las redes sociales la primera imagen con la que ilustro esta entrada, la cara de un payaso con rastros de sangre y un número, el 31. En efecto, tras su The lords of Salem –comentada aquí– Rob Zombie al parecer estaba preparando una nueva película. Por supuesto, me ilusioné en seguida sin saber aún que iba a tener que pasar bastante tiempo hasta que pudiese verla. Sin embargo, hoy puedo deciros que por fin ha llegado el momento y ya puedo comentaros mis impresiones sobre esta 31 que el pasado mes de octubre pasó por el Festival de Sitges. Nuevamente escrita y dirigida por el músico y cineasta de Haverhill, Massachusetts y protagonizada por su esposa Sheri Moon, la historia que esta vez se nos cuenta es la de unos actores de feria ambulantes que viajan en su furgoneta fumando hierba a mediados de los setenta, camino del siguiente pueblo perdido en la América profunda en el que presentar su espectáculo. La noche de antes de Halloween son secuestrados y forzados por unas personas vestidas y maquilladas como grotescos personajes versallescos a participar en un juego llamado 31 y en el que durante doce horas tendrán que luchar por su vida en un oscuro y húmedo edificio laberíntico denominado Murder World, lleno de pasillos, agujeros y estancias amenazadoras. Frente a ellos, unos payasos cuya misión es asesinarlos de la manera más salvaje posible: Sick-head, el enano nazi hispano, los hermanos Psycho-head y Schizo-head con sus sierras mecánicas, la sensualmente letal Sex y el gigante vestido con un tutú blanco Death a los que se une el implacable Doom-head.
domingo, 27 de noviembre de 2016
31
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1 comentario:
Pues me la apunto. A mí Zombie siempre me gustó más su faceta fílmica que musical.
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