Amiguitos, pongo el punto final cinematográfico a un fin de semana friki con Un hombre lobo en la Amazonia, película que he disfrutado junto a un café irlandés que en realidad ha sido más colombiano que otra cosa, ya que –además del café, el azúcar y la nata- he substituido el whiskey por ron de Caldas. Protagonizada por Paul Naschy –su nombre aparece el primero en los títulos de crédito, lo que da una idea de lo respetado que nuestro Jacinto Molina era internacionalmente en cierto tipo de cine-, dirigida por Ivan Cardoso –realizador de Rio de Janeiro especialista en cine de terror casposo y humorístico- y producida por Petrobras –algo que a lo mejor es normal en Brasil, pero que a mi me ha sorprendido-, la cinta nos cuenta como Natasha, una joven de generosos pechos que se nos presenta en una escena entre parodia y homenaje a Hitchcock, se junta con varios amigos –Raúl, Bruno, Clara y Samantha, una impresionante rubia que se lo monta con Natasha- y deciden irse a pasar unos días en la selva amazónica. Para llegar a su destino contratan a un guía que les infoma de que en la zona se están produciendo unos horrendos crímenes provocados al parecer por un animal desconocido y sanguinario. Paralelamente, el gobierno envía a Cerro Dourado –el lugar en el que los jóvenes han decidido acampar- a un prestigioso zoólogo norteamericano y a un policía de homicidios para que investiguen qué clase de ser está provocando dichas muertes.
domingo, 24 de marzo de 2013
Un hombre lobo en la Amazonia
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