Amiguitos, pongo el punto final cinematográfico a un fin de semana friki con Un hombre lobo en la Amazonia, película que he disfrutado junto a un café irlandés que en realidad ha sido más colombiano que otra cosa, ya que –además del café, el azúcar y la nata- he substituido el whiskey por ron de Caldas. Protagonizada por Paul Naschy –su nombre aparece el primero en los títulos de crédito, lo que da una idea de lo respetado que nuestro Jacinto Molina era internacionalmente en cierto tipo de cine-, dirigida por Ivan Cardoso –realizador de Rio de Janeiro especialista en cine de terror casposo y humorístico- y producida por Petrobras –algo que a lo mejor es normal en Brasil, pero que a mi me ha sorprendido-, la cinta nos cuenta como Natasha, una joven de generosos pechos que se nos presenta en una escena entre parodia y homenaje a Hitchcock, se junta con varios amigos –Raúl, Bruno, Clara y Samantha, una impresionante rubia que se lo monta con Natasha- y deciden irse a pasar unos días en la selva amazónica. Para llegar a su destino contratan a un guía que les infoma de que en la zona se están produciendo unos horrendos crímenes provocados al parecer por un animal desconocido y sanguinario. Paralelamente, el gobierno envía a Cerro Dourado –el lugar en el que los jóvenes han decidido acampar- a un prestigioso zoólogo norteamericano y a un policía de homicidios para que investiguen qué clase de ser está provocando dichas muertes.
Ni unos ni otros imaginan que el culpable de todo es un viejo profesor especialista en genética –un
Naschy bastante envejecido- obsesionado con la creación de nuevas formas de vida y seguidor de la obra del nazi
Mengele, ayudado por su sirviente Zoltan –mitad hombre y mitad bestia- y un ejército de amazonas guerreras y valientes, rubias como valquírias, que ha creado gracias a las drogas y le sirven para mantener a raya a los nativos.
Un hombre lobo en la Amazonia convierte a
Naschy en un inverosímil
Dr. Moreau –personaje ideado por
H.G. Wells- de origen hispano –habla español en el original-, siendo la última interpretación propia que pudo ver en pantalla el madrileño ya que
Jacinto Molina falleció en noviembre de 2009 antes de ver estrenada
La herencia Valdemar. Del elenco brasileño destaca
Danielle Winits, actriz, modelo, bailarina y cantante carioca conocida en su país por aparecer en seriales de televisión, haber participado en el musical
Chicago y –sobre todo- haber aparecido dos veces en las páginas de
Playboy, además de en las portadas de numerosos magazines masculinos. Y eso es todo piltrafillas,
Un hombre lobo en la Amazonia es interpretaciones patéticas, guión estúpido, impresionantes tetas, alucinaciones, efectos especiales de baratillo, escenas pretendidamente humorísticas de lo más surreal pero muy distraída... en definitiva, serie Z casposa y un impresionante ejemplo del cine basura brasileño que los amantes del cine
friki no os podéis perder, de verdad.
Y por si no os ha quedado clara la valía como actriz de
Danielle, aquí tenéis una instantánea que le hace justicia.
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