sábado, 28 de abril de 2012

Vier Tage in Deutschland


El pasado sábado lo pasé en Münster, ciudad a la que me desplacé en tren desde Solingen –dos horitas de nada- dispuesto a pasear por sus calles en compañía de mi esposa mientras mi hija se quedaba jugando en casa de sus primas. La llegada a esa ciudad eminentemente universitaria de Renania del Norte-Westfalia con más de 1200 años de historia no pudo ser más decepcionante: frío y lluvia. Sin embargo, a lo largo de la mañana y primera hora de la tarde tuvimos ocasión de disfrutar de algunos minutos de sol entre las diversas precipitaciones que con variada intensidad tuvieron lugar, que nos permitieron pasear por la Salzstrasse y –siendo sábado no podía ser de otra forma- el wochenmarkt, en donde me comí una potente y típica Erbsensuppe mit wiener, que no es otra cosa que un bol de sopa de guisantes, patata, puerro, zanahoria, apio, tocino, cebolla, pimienta y caldo de verduras al que añaden una salchicha cocida vienesa. Claro que dos horas después me comí un par de bocadillos de bismarckhering –arenque en vinagre con cebolla y pepino encurtidos-, una delicatessen de lo más simple que descubrí en Hamburgo hace un par de años (1). Entre las imágenes que adjunto, una curiosa en la que se puede ver una señal de vado permanente en catalán propiedad del Ayuntamiento de Cadaqués, nada del otro mundo si no fuese porque está en plena Ludgeristrasse de Münster. Y no hay más que añadir en esta segunda parte de la serie Vier Tage in Deutschland.
 

5 comentarios:

Lai dijo...

Mírele que ahorrativo el menda, una para dos...

King Piltrafilla dijo...

¿Una para dos? ¿el qué?

Lai dijo...

[foto 8] un bol, dos trocitos de salchicha, las manos de su señora, nuestra queen amada -supongo- y dos cubiertos... Infiero querido Watson! infiero!

King Piltrafilla dijo...

Pues infiere de pena amigo mío.

Un bol, dos trozos -de trocitos nada- de salchicha vienesa porque así era más fácil de comer, que la vienesa es muy larga y el bol medium size.

Una mano es mía y la otra de mi señora -cierto-, que me hizo de asistente para que yo pudiese pulsar el botón de disparo de la cámara, que uno es rarito pero no pulpo.

Y en cuanto a los cubiertos, efectivamente hay dos: el tenedor con el que pincho la wiener y una cuchara para poder comer luego la espesa sopita caliente de verduras.

En resumen, que menudo Sherlock de pacotilla está hecho ja ja ja ja.

Pero no hay que darle importancia. A veces uno -como los equipos de fútbol, por ejemplo- sufre pinchazos ja ja ja ja.

Lai dijo...

grmlgramflx!