domingo, 8 de abril de 2012

Camping Cosmos (1996)


En una semana en la que –al menos cuando yo era pequeño- programaban por televisión cintas como La túnica sagrada, Ben-Hur, La Pasión o Quo Vadis, escojo para iniciar mis críticas cinematográficas del domingo una comedia belga de hace unos años titulada Camping Cosmos. La película –secuela de La vie sexuelle des belges 1950-1978- nos cuenta de manera surrealista y provocativa la vida de un grupo de personas en un camping de caravanas en la costa a mediados de los 80 cuando el Ministerio de Cultura desea repartir ídem entre los veraneantes de clase obrera en el marco de una experiencia piloto dirigida por el grupo cultura-ocio-turismo y los campistas se muestran más interesados en asistir a combates de boxeo o concursos de belleza, ver por la tele partidos de fútbol y a dar rienda suelta a sus impulsos sexuales antes que asistir al teatro o a lecturas de poesía. En esas, la hija preadolescente del animador cultural –un tipo que lee a Bertol Brecht y a la Reina Fabiola- se presenta en el camping.


Piltrafillas, Camping Cosmos es un intento de sátira político-social disfrazada de comedia con gotas de erotismo en la que el iconoclasta Jan Bucquoy –dramaturgo y guionista de comics- no duda para ello en presentarnos a personajes como un locutor de radio fan de Tintín –que vomita cuando se corre-, un matrimonio de inmigrantes –españoles- que regentan la caravana de las patatas fritas y siempre se pelean, una puta que dice estar de vacaciones o un viejo fetichista que está obsesionado con las bragas de las muñecas entre el resto de veraneantes playeros. La presencia en la película de Lolo Ferrari –malograda actriz de porno duro cuyo sello distintivo eran unos enormes pechos de casi 3 Kg cada uno- sirvió sin duda como reclamo para espectadores del resto de Europa y norteamericanos, poco conocedores del cine belga. Sin embargo su aparición es más bien escasa y el verdadero atractivo de esta recomendable y fresca película es el ritmo suave y cálido, como de tarde de verano, que impregna la cinta de un tono de comedia ligera sin pretensiones en la que la crítica al capitalismo y a las políticas culturales –al menos es lo que me ha parecido intuir- discurren paralelos a varias historias de amor. En fin amiguitos, que los personajes –quizás porque no he reconocido a ninguno de los actores- me han parecido personas normales en papeles creíbles, la música es acertada y la fotografía –muy colorista- también me ha gustado. Así pues, aunque no es una obra maestra, no hay acción, suspense o sangre y el erotismo es testimonial, antes que ver por enésima vez obras como las que os he mencionado al principio, Camping Cosmos es una elección poco común, eso sí, pero más que acertada para una tarde lluviosa de Semana Santa. Hacedme caso y dadle una oportunidad.

1 comentario:

Lai dijo...

o_O
ooooooooooooooooooh!
vaya par de ubres...