Amiguitos, la primavera pasada dediqué a Sucker Punch un par de entradas. En la primera me declaraba ilusionado ante la inminente llegada a nuestras pantallas de la mencionada película de Zack Snyder, acompañando mis palabras de una ingente cantidad de posters de la cinta –razón por la cual esta entrada de hoy es tan pobre en ese aspecto- y en la segunda me confesaba contrariado por las negativas impresiones comunicadas en el foro por nexus6... aunque es cierto que también anunciaba que tenía intención de dejarme atrapar por el engaño, aunque sólo fuese para llevar la contraria al piltrafilla replicante.
Pues bien, finalmente me he decidido por ver la peliculilla de marras y lo que sigue cuenta mi experiencia. Antes de nada, os diré –por si aún hay alguien que no lo sepa- que la historia que nos cuenta Sucker Punch es la de una joven llamada Babydoll –personaje protagonizado por Emily Browning- que es internada en una institución psiquiátrica por su padrastro acusada de haber matado a su hermanita. Para escapar de su inminente lobotomización –una treta para hacer que nunca cuente la verdad de lo ocurrido-, la chica se inventa una realidad paralela en la que junto a las bailarinas de un burdel armadas hasta los dientes –realmente otras internas del manicomio, ¿o no?- luchará contra su destino. A decir verdad, la película transcurre en ese plano, el del burdel, dejando en suspenso lo de la lobotomía inicial. Pero, ¿qué es cierto y qué mentira?
Así pues, no se puede negar que el argumento –una especie de muñeca rusa con realidades a diferentes niveles- tiene su enjundia y por otra parte estéticamente la cinta es toda una delicatessen visual con apariencia de videojuego (de hecho, como si se tratase de uno de ellos, la protagonista debe conseguir un mapa, fuego, un cuchillo, una llave y un quinto objeto misterioso para alcanzar la libertad... ¿de cual de sus realidades?), o mejor dicho, Sucker Punch ES un videojuego. Así, tenemos efectos digitales a mansalva, retrofuturismo, adolescentes vestidas con falditas cortas, mallas de baile o enfundadas en ajustados trajes de cuero –he leído que uno de los objetivos del realizador era criticar el sexismo que impera en nuestra sociedad, bonita manera de hacerlo-, música y acción a raudales a base de disparos y explosiones a tutiplén. Entonces, ¿por qué las críticas han sido en general bastante devastadoras con Snyder?, pues porque en mi opinión hay quien se empeña en buscar intelectualidad en lo que sólo es arte de evasión. Si piltrafillas, arte, porque Sucker Punch no tendrá un discurso filosófico profundo pero cumple su cometido con creces, que es el de ofrecer un producto de gran calidad que nos haga pasar un rato ameno. Así que no hagáis caso –lo siento nexus6- a los que dicen que la historia es simplona y que bajo los fuegos de artificio no hay sustancia. En realidad es cierto, pero ¿a quién le importa? Para amantes de cine palomitero sin complejos.
1 comentario:
Esta peli es mala con ganas. Es como ver a otro tio jugando a un aburrido videojuego.
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